Funcionarios del Ayuntamient, vecinos y gente naciada en esta comisaría pero que vive en la ciudad, asistieron a la inauguración de las fiestas tradicionales del Ejido Quetchehueca en el marco del 73 aniversario del reparto agrario.

Desde 1938, al cumplirse el primer año del reparto, cada aniversario era motivo de grandes fiestas y los ejidatarios, que en esa época eran los nuevos ricos del valle, lucían sus mejores ropas y camionetas para ostentar los beneficios del reparto.

En el centro de los festejos estaba siempre don Bernabé Arana León con su figura patriarcal presidiendo los actos más relevantes.

Así fue hasta principios de los setenta, cuando la agricultura social empezó a declinar y los ejidatarios a empobrecer.

Treinta años después, en los inicios del 2000, parecía que ya no había nada que celebrar. Los ejidatarios ya no eran dueños de la tierra y los que aún la tenían la rentaban a los agricultores ricos.

El mismo Bernabé Arana reconoció en su momento que él ya no podía cultivar esas tierras por las que tanto luchó hasta el grado de exponer su vida junto con otros líderes como Saturnino Saldívar, Pascual Ayón, Jacinto López, Retamoza, Machi López y otros.

El agrarismo es un fantasma en Quetchehueca y ya no asusta a nadie.

Pero aún se celebra con muchas ganas un aniversarió más del reparto agrario, y en la inauguración de la feria que hoy se realiza estuvieron funcionarios del Ayuntamiento para prometer no tierraas, sino infraestructura que algún día habrá de construirse.