¿Nuevo pacto social?
Sergio Ibarra
Lunes 01 de Novimiebre de 2010

Los Ramones es un municipio ubicado en Nuevo León, distante, apenas, 95 kilómetros de la capital, Monterrey. De no haber sido porque en días pasados su edificio de Seguridad Pública fue rafagueado con más de mil tiros de “cuerno de chivo” y algunos artefactos explosivos como para haberlo hecho desaparecer del planeta, en estos momentos buena parte de los mexicanos ni siquiera sabrían que existía, con excepción hecha por los amantes de la música norteña y seguidores del cantante Lalo Mora que en una de sus canciones cita al pequeño poblado norteño.

Para desgracia de sus habitantes, la tragedia los ha puesto en el escaparate, una tragedia que,” acá entre nos,” como dice en uno de sus números musicales el mismo Lalo Mora, -autoría del profe Martín Urieta- les resultó del todo barata por cuanto a la dimensión del ataque y al no haberse registrado ni una sola pérdida de vida humana.

El único problema es que en estos momentos, el alcalde Santos Salinas Garza encara el peor problema al que pudiera enfrentarse cualquier alcalde de la tierra; no tiene un solo elemento de policía para salvaguardar la seguridad de sus gobernados. ¿La razón? Todos, los cincuenta y ocho elementos que conformaban el cuerpo de policía renunciaron en masa y se olvidaron de su vocación de servicio para con la comunidad.

Para decirlo en términos coloquiales, las versiones apuntan que los uniformados llegaron a la conclusión de que ciertamente, el miedo no anda en burro y, que si la libraron en esta ocasión no es precisamente por la mala puntería del grupo de sicarios que prácticamente tomaron por asalto el poblado sino porque sencillamente esta vez no querían un masivo cortejo fúnebre de agentes de la ley.

Así, todos, desde su director general, los mandos medios y el último de los últimos de la gendarmería, al grito de, “más vale aquí corrió, que aquí murió”, abandonaron sus insignias, cachiporras y pistolas, en un intento de encontrar la seguridad que no tuvieron ni en las propias filas de la corporación que representaban.

Pero no todo está podrido en Dinamarca. Visto por el lado amable y a reserva de lo que opinen los cineastas de casa como Luis Estrada, el director de La ley de Herodes y El Infierno, dos magníficas cintas que retratan de viva voz la dos grandes tragedias que envuelven al mexicano como son el narcotráfico y la corrupción, es casi un hecho que más de dos escritores ya deben de estar trabajando en el asunto de Ramones, Nuevo León, cuyo tema está más que listo para rodar en esta pequeña comunidad lo que bien pudiera ser la segunda versión de Apocalipto, de Mel Gibson. Y a propósito de la corrupción, El Universal, a juicio del columnista, hoy por hoy, uno de los mejores periódicos del país, acaba de hacer una encuesta entre 22 destacados mexicanos en busca de muchas preguntas que nos hacemos a diario para encontrar el remedio a los grandes males que padecemos y la mayoría de estos coinciden en que México requiere de un nuevo pacto social para salir del grave atraso que presenta en muchos renglones.

México no soporta más los niveles de corrupción que existen, afirman los académicos, empresarios, deportistas, politólogos, investigadores, escritores e intelectuales.

En opinión de los entrevistados, nuestro país saldrá de la crisis sólo si se consolida un nuevo “pacto social” en el que todos los actores asuman compromisos verificables que permitan reinstaurar la cultura de la legalidad como premisa fundamental.

Los 22 hombres y mujeres de la sociedad civil coincidieron en exhortar al Congreso de la Unión a efecto de actuar de inmediato para generar reformas que fortalezcan el Estado de derecho y crear una cultura de la legalidad. De acuerdo a los entrevistados, el ciudadano debe de participar más activamente en la toma de decisiones mientras que el gobierno debe de invertir mucho más en educación, ciencia y tecnología. Estas son algunas de las opiniones:

José Antonio Fernández, director general de FEMSA, embotelladora líder en América Latina, considera que si bien existen avances en cuanto a democracia, paradójicamente también se ha retrasado su consolidación.

Advierte que no se ha alcanzado un nuevo pacto social que haga posible la convivencia política y productiva la discrepancia y la pluralidad, a lo cual se suma que hay un serio déficit de ciudadanía.

“El cáncer de México es la corrupción y el desapego a la legalidad como práctica cotidiana”, lamenta el funcionario.

El popular comentarista deportivo José Ramón Fernández dice que la democracia “pende de unos hilos muy delgados”.

“La corrupción nos ha invadido, lamentablemente hemos bajado puestos importantes en corrupción a nivel internacional, eso es significativo de que la burocracia nos acaba, de que las dependencias gubernamentales acusan niveles de corrupción muy severos y es un mal endémico de México”, opina.


Preocupación y vulnerabilidad

Otros de los entrevistados muestran preocupación por lo que significa en realidad el que la corrupción se salga de control.

El rector de la UNAM, José Narro, dice que este fenómeno, sin importar el país, es una muestra de que el Estado ha sido vulnerado, y eso, en cualquier condición y todo el tiempo, será inconveniente.

Y en consecuencia, añade, “algunas de las cosas muy desagradables, dignas de ser absolutamente extirpadas de México, como la violencia y la inseguridad, están creciendo, se están desarrollando”.

El historiador Lorenzo Meyer va más allá y además de la corrupción reprocha al Estado mexicano que sea incapaz de crear riqueza y su falta de capacidad para generar oportunidades, a fin de que los jóvenes salgan de la marginación.

Y resume: “La única vía de acceso social real para alguien que nace en la pobreza es el crimen organizado, porque ni modo que le digamos a la gente pobre, ‘¡oiga, póngase a trabajar y el mercado la hará rica!’. A menos que estén locos, nadie se lo cree”.

De los 22 entrevistados me quedo con las opiniones de la novelista y dramaturga Carmen Boullosa y George W Grayson, autor del libro México; narco violencia y Estado Fallido. Para Boullosa, “La sensación es precisamente de haber perdido el país. Visto hacia atrás, los errores parecen obvios y corregibles. ¿Qué hacer hoy? Combatir la desesperanza. ¿Cómo, sin sonar como un imbécil? Delinear con claridad la línea entre la corrupción y el instinto creativo y honesto del mexicano, que hoy parecen sepultados por los vicios de los aprovechados abusones sería el primer paso.

Por su parte, Grayson destaca en su entrevista que  “La élite mexicana tendría que reconocer que su país podría convertirse en un Estado fallido si no se aumentan los impuestos (incluidos en los estados); si no se permiten contratos de riesgo en la industria petrolera y en la del gas natural; si no se toman medidas contra los monopolios al igual que hizo el presidente Teddy Roosevelt en EU”, detalla.

Para el académico, la reelección a nivel municipal es impostergable, de manera que todos los ciudadanos tengan voz en las decisiones que le afectan directamente.


FIERRITOS EN LA LUMBRE

De acuerdo a la última encuesta que acaba de realizar la compañía Alfil, consultores, si en este momento fueran las elecciones para elegir al nuevo líder del PRI, la ex diputada Claudia Pavlovich se alzaría con la victoria con un 48. 3 por ciento de las votaciones, seguida por Julián Luzanilla Contreras con un 19.7 y al final, el Toñito Gándara con un 14. 8 quien por cierto, de acuerdo a los datos arrojados por la encuesta, resultó el más corrupto (28. 6 ) dejando muy atrás a sus dos cercanos competidores y se ganó a pulso, también el “mérito” de tener la peor imagen con un descomunal 30.1, muy por encima de Claudia y Julián.

Bueno, eso es lo que dicen las encuestas, ahora falta esperar lo que tengan que decir los consejeros los que, a fin de cuentas, dirán la última palabra para encontrar al sucesor de Roberto Ruibal.

 
 

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