Esta semana la ciudad despertó envuelta en mantos de niebla.
Un espectáculo bello porque es diferente a los amaneceres soleados que prevalecen la mayor parte del año.
La neblina además baja la temperatura y la gente que madruga debe salir a la intemperie con un suéter o chamarra ligera, difrutando del clima frío que poco a poco se va extinguiendo para dar paso a las mañanas calurosas del verano, ya a la vuelta de la esquina. |