Hoy es una noche especial, una noche de homenaje, una noche que quedará para la posteridad y es que el Club de Baseball Obregón, su presidente, René Arturo Rodríguez Gómez, la directiva, sus asesores técnicos y la afición numero uno de México han evaluado exhaustivamente la historia del equipo y sus actores protagónicos, y han llegando a la determinación de retirar los números de Vicente y Enrique Romo, por lo que esta es una noche que ningún aficionado a la pelota caliente, ningún fanático de la vieja escuela querrá ausentarse, la cita es a las 17:50 PM, hora en que los Hermanos Romo estarán lanzando la Primera Bola, algo espectacular sucederá, no se lo pueden perder.,
Vicente Romo Navarro. “El Huevo” fue un poeta del montículo, un artista de la loma, con un repertorio extenso de pitcheos, una inédita sapiencia de la zona de strike y un bagaje de trotamundos que lo llevó desde Guaymas a Boston, de Obregón a San Diego, de Culiacán a Los Angeles o de Hermosillo a Cleveland. Escribió su historia de éxitos tanto en verano, invierno o en el mejor béisbol del mundo. Siempre dejó su alma en el terreno, jamás sacrificó un partido por la gloria individual, siempre puso antes a su equipo que a su persona, un lord del béisbol, un caballero del diamante.
Vestido de Yaqui Vicente obtuvo algunos de sus más grandes logros; como olvidar su histórica racha de no permitir carrera limpia en 99 2/3 entradas o el primer partido perfecto que se lanzó en esta liga una tarde inolvidable en el puerto de Guaymas; o su gran trabajo monticular en la post-temporada de la temporada 72-73 donde los Yaquis obtuvieron su tan ansiado segundo gallardete.
Vicente Romo, el Cy Young de nuestra liga, el Walter Johnson del verano, el Pedro Martínez del invierno, el Juan Marichal del Caribe; éste año los Yaquis le dan un merecido homenaje a este emblema del deporte nacional, con una despedida muy taurina, Vicente Romo y ya.
ENRIQUE ROMO. Uno de los más grandes lanzadores que ha visto México, su entereza y entrega lo hicieron sobresalir en cualquier liga que participó, desde el béisbol de verano e invierno de nuestro país, hasta el más grande reflector como lo es la gran carpa.
En 1967 Romo llegó al béisbol invernal mexicano con Guaymas donde impuso su calidad desde el principio al poner un increíble marca de 15-4 y una diminuta efectividad de 1.53; esto le dio la presea de Novato del Año.
A Obregón llego en 1972, en esta Ciudad se quedó siete campañas, pero sin duda entre el 74 y 77 estuvo simplemente intransitable al ganar 32 partidos a cambio de sólo 8 derrotas.
Su legado esta ahí, no existe ningún lanzador en la historia de esta plaza con mejores credenciales, Romo salió victorioso en el 64 % de sus decisiones su marca de (58-28) lo testifican. Con Yaquis logró los nombramientos de Pitcher del Año en las temporadas de 74-75 y 75-76 al mostrar record idéntico de 12-2 en ambas campañas.
Enrique Romo temido por sus contrincantes, respetado por sus colegas y admirado por la fanaticada que lo vio lanzar, recibe un merecido homenaje a su trayectoria en este deporte, un mexicano ejemplar, un Yaqui de corazón; su legado será perpetuo, su nombre por siempre estará ligado a ser un inmortal de esta organización cajemense.