Esa es la controvertida conclusión de una investigación llevada a cabo en la Universidad de Bristol, Inglaterra.
Los científicos lograron aislar una proteína, llamada JAM-1, que está localizada en las paredes de los vasos sanguíneos en el cerebro.
Ésta, al parecer, atrapa glóbulos blancos obstruyendo el flujo sanguíneo.
Esto puede causar inflamación, lo que resulta en un mal abastecimiento de oxígeno al cerebro.
Es por eso, creen los científicos, que la presión arterial alta o hipertensión, es una enfermedad vascular inflamatoria del cerebro.
Y dicen que su estudio podría llevar a desarrollar nuevas formas de tratar el trastorno, que afecta a 600 millones de personas en el mundo.
Otros expertos advierten que se necesitan más investigaciones para confirmar esos resultados.
"Lo que se sabe de la hipertensión es que está asociada a problemas renales y cardíacos" dijo a BBC Ciencia la doctora Inés Barquín, cardióloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
"Pero hasta ahora nunca se le ha asociado a problemas a nivel cerebral", afirma.
Nueva estrategia
La hipertensión, que ya ha alcanzado proporciones epidémicas en el mundo, se trata convencionalmente con medicamentos para controlar la condición.
Sin embargo, un 60% de los pacientes continúan viviendo con hipertensión a pesar de tomar los fármacos.
Es por eso, dicen los investigadores, que es necesario buscar nuevos mecanismos con los cuales el cuerpo pueda controlar la presión sanguínea.
El estudio, que se publica en la revista Hypertension afirma que una de esas estrategias es la posibilidad de reducir la inflamación de los vasos sanguíneos y aumentar el flujo de sangre al cerebro.
Para ello, afirman, "la JAM-1 podría ofrecernos nuevas claves para encontrar la forma de tratar mejor la enfermedad".
Los estudios que llevaron a cabo con ratas demostraron que la JAM-1 está relacionada con el aumento en la presión arterial, pero todavía no se conocen los mecanismos que provocan ese aumento.
"Nuestro desafío futuro -afirman los científicos- es entender por qué ocurre ese tipo de inflamación dentro de los vasos sanguíneos en el cerbero".
"De esa forma podremos saber qué medicamento utilizar y cómo dirigirlo al paciente".
Fármacos
Hasta ahora no se sabe con precisión cuáles son las causas de la hipertensión.
Se cree que algunos factores relacionados con el estilo de vida -como el tabaquismo, la obesidad, alto consumo de sal, tomar alcohol en exceso o falta de ejercicio- pueden contribuir a su desarrollo.
La hipertensión ha sido llamada "el asesino silencioso" porque aunque puede producir dolor de cabeza, mareo y problemas de visión, la mayoría de la gente no muestra síntomas del trastorno.
"El problema es que la gran mayoría de la población que padece el trastorno no sabe que es hipertensa -afirma la doctora Barquín- y por lo tanto no se trata con medicamentos".
"Sólo un pequeño porcentaje se trata con medicamentos y entre éstos, los que logran controlar adecuadamente su presión son aquéllos que llevan un tratamiento no farmacológico, es decir, modificando su estilo de vida".
"Estos son los pacientes que sí logran reducir sus riesgos cardiovasculares y de ataques cerebrales", afirma la especialista.
Estudios anteriores encontraron que es posible aumentar o reducir la presión sanguínea del paciente estimulando regiones muy específicas del cerebro con electrodos.
Es por eso que los expertos creen que el cerebro, y en específico la proteína JAM-1, podría ser un buen objetivo de estudio para encontrar nuevas terapias contra la hipertensión.
"Los medicamentos antihipertensivos pueden ser muy efectivos", dice la doctora Barquín, "siempre y cuando se tomen correctamente y se combinen con un estilo de vida saludable".
"Desafortunadamente eso es lo más difícil de inculcar al paciente y por ello hay un gran número de fracasos en el tratamiento hipertensivo", señala la cardióloga.
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