Contra lo que se cree, no ha sido el futbol el deporte favorito de los mexicanos. Este honor corresponde al box.
Hay quienes aman el futbol y apenas se interesan por el beisbol; otros, sólo piensan en el beis y son casi indiferentes a los clásicos y liguillas del futbol mexicano.
Pero a unos y a otros les gusta el box. Este duro deporte ha sido una pasión nacional desde hace varias décadas gracias a la existencia de brillantes peleadores aztecas que supieron encarnar las aspiraciones del hombre de la calle lo mismo que las del empresario, el ejecutivo y el intelectual.
El box, deporte brutal que debería ser prohibido, proponen algunos, pero esa realidad inobjetable no impide que hasta los más pacíficos nos emocionemos con las buenas carteleras y los grandes boxeadores, incluyendo a los de otros países.
Pero desde que Julio César Chávez empezó a declinar, se fue perdiendo con él la pasión por el box.
En este tiempo han aparecido buenos peleadores sin duda, pero la falta de promoción y el exceso de futbol en los medios de comunicación fue menguando el interés por el box y los boxeadores.
Hoy la pasión está de regreso.
Aproximadamente 40 millones de mexicanos vieron la función "Batalla del Alamo" con los combates de Cristian Mijares-Jorge Arce y Edgard Sosa-Brian Viloria.
El rating de la velada que fue transmitida por TV Azteca por todo el territorio nacional fue de 16.
La función fue seguida en 5 millones de hogares que se multiplica por un promedio de cinco en cada casa, para el total de 40 millones de espectadores.
Una popularidad que parecía enterrada bajo los botines del futbol méxicoargentino que se juega en nuestro país.
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