Ya que las autoridades no lo han hecho, me atrevo a proclamar el 2011 como el Año de Ciudad Obregón Limpia. Invito a toda la comunidad, bueno ni tanto, nada más a los que lean Infocajeme, a que se unan a esta cruzada de limpieza por nuestra ciudad, y si alguien lee este escrito fuera de Ciudad Obregón, que sé que sí lo hacen, también los invito a que se unan en su comunidad a esta estrategia primermundista para tener un entorno limpio.
Pero les advierto que no habrá ninguna ceremonia de inicio, no se pondrán templetes para que los vecinos se reúnan alrededor de ninguna persona pública o privada, candidato, ni oficial de gobierno para, después de un discurso aburrido, dar el banderazo de salida, no se presentará el equipo que acaba de recibir la Administración Municipal a un gasto millonario (que era necesario hacer pues el equipo actual ya estaba para dar lástima), no se hará una campaña de “concientización” en los medios (con gastos que no es necesario hacer, pues todos estamos conscientes del problema de limpieza y su necesidad de solución), no se “regalará” nada a quienes participemos; en fin será un inicio muy distinto a lo que estamos acostumbrados cuando se trata de programas para mejorar la calidad de vida de nuestra ciudad.
Este año podemos lograr una comunidad limpia si todos participamos desarrollando un sesudo programa de limpieza utilizando el equipo primermundista que se presenta en la parte superior de este escrito. El programa se compone de dos partes estratégicas: Limpieza del entorno bajo nuestra responsabilidad y Evitar hacernos de basura innecesaria, sobre todo de bolsas de plástico.
Primera parte: Limpieza del entorno bajo nuestra responsabilidad.
La escoba se utilizará para barrer cuidadosamente el frente de nuestra casa, y si el tránsito vehicular de la calle donde viven lo permite, barrer también la mitad del arroyo de circulación; el recogedor se utilizará para eso: recoger la basura recolectada y ponerla en una bolsa de plástico, colocándola cuidadosamente en el lugar en que siempre ponemos la basura para que, si tenemos suerte, los encargados de la recolección de la basura se la lleven para su disposición final. Esperemos y al mismo tiempo roguemos a Dios que las autoridades hagan su parte de recoger la basura de una manera eficiente, pues nosotros tendremos que hacer el ejercicio de barrido de la acera y frente de nuestra casa alrededor de dos a tres veces por semana, corriéndose el riesgo de que si las autoridades no cumplen, se acumulen demasiadas bolsas con basura.
Segunda parte: Evitar hacernos de basura innecesaria, sobre todo de bolsas de plástico.
Como ya se ha visto en el Distrito Federal, el emitir una ley para eliminar las bolsas de plástico en las que se entrega la mercancía a la hora de hacer las compras, resultó un fracaso; con nuestra estrategia lo que se logrará será reducir fuertemente el uso de las bolsas de plástico que se convierten en un problema ambiental prácticamente desde el momento en que llegan a nuestra casa y terminan su cometido de empaque temporal de mercancía, con excepción de aquellas que se usan para poner la basura.
La reducción en el número de bolsas de plástico se logrará utilizando la “Bolsa del mandado”, un ejemplo de la cual se presenta en la segunda fotografía en la parte superior de este escrito. Dicha bolsa se utiliza repetidamente para en ella depositar la mercancía que compramos cotidianamente, solamente es cuestión de que a la hora de llegar a la caja a pagar, depositemos cuidadosamente la mercancía, poniendo en la parte inferior lo más resistente y así hasta poner en la parte superior lo más frágil; para asesoría sobre el uso de la bolsa del mandado, pueden preguntar a las personas mayores de 60 años pues ellos la utilizaban casi a diario.
De esta manera, cada vez que vayamos de compras, podremos evitar el hacernos de bolsas de plástico inútiles, considero que cada vez que usemos la bolsa del mandado se podría evitar el uso de por lo menos 2 a 5 bolsas de plástico, si multiplicamos ese número por el número de personas que vamos de compras, se reducirá la presencia de cientos de miles de bolsas cada mes y eso para una comunidad relativamente pequeña como Ciudad Obregón.
Pues bien, amigos lectores de Infocajeme, les invito a que hagamos esto por nuestra comunidad y verán que los beneficios serán inmediatos y prácticamente sin costo alguno, ya que todos contamos con una escoba y un recogedor en la casa; en cuanto a la bolsa del mandado, a lo mejor algún político “visionario” (o con visión de ser candidato para el año que entra) empieza a regalar bolsas del mandado como publicidad, la que sería muy atractiva, económica y eficiente. Noten que mi bolsa del mandado tiene de todos los colores para que no me liguen con ninguno de los dueños de los colores en México
Jorge A. Lizárraga Rocha