| Ganan poder mujeres en narcotráfico | ||
| Robin Emmott / Reuters Viernes 20 de Abril de 2007 |
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"Este es un nuevo fenómeno que apenas lo estamos viendo," dijo un alto oficial de la Policía Federal Preventiva, quien prefirió el anonimato. "Lo estamos viendo en los carteles de Tijuana y Sinaloa, posiblemente en la banda de Juárez," comentó refiriéndose a los tres mayores carteles de la droga del país.
Irónicamente, las mujeres traficantes suelen iniciarse del otro lado de la ley, en la policía, antes de buscar mejores ingresos con los cárteles.
Oficiales policiales corruptas se han ganado el respeto de los carteles al reclutar equipos de mujeres atractivas y bien vestidas, quienes pasan las drogas hacia Estados Unidos bajo las narices de los guardias fronterizos, incluso en medio de una mayor seguridad. Es menos probable que los equipos policiales y militares mexicanos, que rara vez incluyen miembros femeninos, cateen a mujeres en los operativos antidrogas.
La vida imita al arte
En lo que va del 2007 unas 700 personas han sido asesinadas en violentos incidentes relacionados con el control de las rutas de entrada de las drogas al mercado de Estados Unidos, lo que ha llevado al gobierno del presidente Felipe Calderón a enviar miles de soldados y policías a las áreas más afectadas.
Es menos probable que una mujer sea víctima de esa violencia, pero eso no significa que sean inmunes a una muerte brutal, ejecutadas a tiros con sus manos atadas o asfixiadas.
La policía Mónica Ramírez, quien llegó a ser considerada una de las más prometedoras oficiales en la frontera norte de México, fue asesinada en febrero por el cartel de Tijuana en la prisión donde fue recluida por dirigir un grupo de traficantes.
Fuentes policiales dicen que fue muerta de un tiro en el hospital de la prisión para que no informara sobre el cártel.
En uno de esos casos donde la vida imita al arte, el escritor español Arturo Pérez-Reverte presagió en el 2002 la tendencia en su super ventas "La reina del sur," una novela meticulosamente investigada cuya protagonista es el personaje de ficción Teresa Mendoza, una magnate del tráfico de drogas.
Narrada en parte en el estado norteño de Sinaloa, base del traficante más notorio del momento, Joaquín "Chapo" Guzmán, Mendoza emerge de la pobreza como mula del narco hasta convertirse en una jefa de cartel por derecho propio.
La pobreza y la escasez de empleos bien remunerados en México son algunas de las causas que llevan a las mujeres a buscar ingresos en el narcotráfico, para mejorar su nivel de vida y poder educar a sus hijos.
"El narcotráfico trae cierto estatus y adrenalina. Es visto por algunos como una ruta para salir de la pobreza," dijo José María Ramos, un experto en seguridad en el Colegio de la Frontera Norte, en Tijuana. Fuente: Reuters
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