La teoría del sexo débil hace mucho que quedó atrás. En Rusia las mujeres demuestran que tienen la fuerza y habilidad necesarias para convertirse en guardaespaldas.
A pesar de su delgada complexión y apariencia inofensiva, ellas están entrenadas para romper el brazo de un asaltante o desarmar fácilmente a los delincuentes.
En 1990, en Rusia comenzaron a proliferar las escuelas de guardaespaldas a pesar de que en ese país, esta profesión no tiene un estatus legal.
“Este es un nuevo acercamiento en el negocio de guardaespaldas, porque nadie consideraría a una mujer como un guardaespaldas”, comentó Eduard Chernyshko, director de la escuela de guardaespaldas.
En años recientes la demanda de mujeres guardaespaldas se ha incrementado: hombres de negocios, esposas de prominentes empresarios y políticos las prefieren porque no llaman tanto la atención, como los famosos guaruras y ofrecen la misma protección.
“La demanda es más grande que la oferta, porque hay muy pocas mujeres guardaespaldas entrenadas y calificadas”, dijo Olga Korolyova, guardaespaldas.
Las guardaespaldas aseguran que es una profesión difícil porque, además de artes marciales, defensa personal y manejo de armas, deben saber un poco de psicología, en ocasiones convertirse en secretarias, asistentes personales e incluso institutrices, pero a pesar de todo, coinciden en que brindar protección y salvar vidas es gratificante.
“Esta es una vida muy interesante y creo que triunfaré”, concluyó Elvina Timofeeva, guardaespaldas.
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