En agosto iniciarán las pruebas experimentales de siembra de maíz transgénico en Sonora, informaron Jesús Madrazo, presidente de Monsanto, empresa que se dedica a la biotecnología agrícola, y Francisco López, subsecretario de Agricultura.
Explicaron que antes de sembrar y comercializar esta variedad, debe cubrirse el proceso que establece la ley en la materia referente a la experimentación por científicos mexicanos que desarrollarán siembras del cultivo mejorado por la biotecnología que se quiere evaluar.
Tras un año de pruebas positivas, se iniciaría la segunda etapa, la precomercial, la cual servirá para hacer una evaluación del cultivo a una escala bajo condiciones de manejo del agricultor, pero observando las medidas de bioseguridad que establecen las autoridades.
La duración de esta fase es de al menos un ciclo de cultivo, es decir un año.
Posteriormente, la fase tres arrancaría en caso de que los resultados de la fase comercial sean positivos y se comprobara que no hay riesgo de contaminación de los demás maíces autóctonos y ni daños a la salud. En esta etapa ya se solicitaría autorización para liberar las siembras del cultivo transgénico.
"Este proceso llevará al menos tres años, en el mejor de los casos", subrayó Carlos Salazar, secretario general de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), filial de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Ayer por la noche, la CNC y Monsanto firmaron un convenio para proteger los maíces mexicanos.
El documento establece acercar nuevas tecnologías a los productores del sector social de maíz mexicano pero a la vez llevar diversas medidas para proteger los diferentes tipos del grano nacional, lo cual beneficiará a más de 90% de los micro, pequeños y medianos productores, quienes podrán acceder a semillas mejoradas de alta productividad. Además, el convenio contempla crear un banco de germoplasma de maíz.
Los directivos de CNC y de CNPAMM explicaron que por primera vez una empresa como es Monsanto ayudará a productores nacionales a conservar y proteger la gran diversidad de maíces nativos con los que cuenta México, y a la par trabajan para elevar la productividad y rentabilidad de los pequeños y medianos campesinos a través de la adopción "pertinente" de estas tecnología de punta, que han demostrado sus beneficios y su seguridad en más de 20 países.
López destacó que es necesario aprovechar la fortaleza que tiene México, y a la vez proteger la gran biodiversidad que tiene, canalizarla y sacar provecho para distintos nichos de mercado en áreas especializadas.
Efraín García Bello, presidente de la CNPAMM, señaló que en la coyuntura de la crisis del maíz y ante una eventual apertura comercial en 2008, la CNPAMM, con este convenio posibilita el acercamiento de la empresa líder en biotecnología para brindar a sus agremiados opciones de tecnología de punta que les permitan competir con mejoras en el rendimiento, en disminución de costos, y en el incremento de volumen de producción de maíz para contribuir con el abasto a la sociedad mexicana.
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