Río de Janeiro.- Ronaldo Nazario, el Fenómeno, puso fin hoy a una de las carreras más exitosas en la historia del fútbol tras 18 años de vida profesional en los que marcó 414 goles, ganó dos títulos mundiales, fue el mayor anotador en Copas del Mundo y se consagró tres veces como el mejor del planeta en la elección de la FIFA.
El atacante del Corinthians, su último club, admitió hoy en una rueda de prensa en Sao Paulo que, a los 34 años, no aguanta más saber lo que tiene que hacer en una cancha pero no tener la fuerza física para hacerlo.
La decisión pone fin a una historia de títulos, récords y glorias de un atacante que en Brasil fue sucesor de leyendas como Pelé y Romario. También cierra una historia de polémicas, graves lesiones, altibajos y, principalmente, renacimientos.
Ronaldo superó durante su carrera dos delicadas cirugías en la rodilla que lo apartaron más de un año de la actividad, fue criticado por la prensa por su exceso de peso y por su relajada vida fuera de las canchas, sufrió una aún inexplicada convulsión antes de la final del Mundial de Francia 98 a la que se atribuye la derrota de Brasil y protagonizó un escándalo al descubrirse que había estado en un motel con tres travestidos.
En más de una ocasión en la que fue considerado acabado para el fútbol por lesiones que otros jugadores no serían capaces de superar, por bajones que habrían acabado con cualquier carrera o por su fracaso en su constante la lucha contra la balanza, el jugador nacido el 22 de septiembre de 1976 en Bento Ribeiro, un suburbio de Río de Janeiro, demostró ser como el ave fénix.
Fue eso lo que ocurrió en 2002 cuando, tras una delicada cirugía en la rodilla y contestado en su club, el Inter de Milán, se convirtió, contra todos los pronósticos, en goleador del Mundial de Corea y Japón y en el mejor jugador de la competición en la que Brasil conquistó su quinto título mundial.
Renació de nuevo al vincularse ese mismo año al Real Madrid, club en el que anotó 104 goles (su mejor campaña en un equipo) y con el que conquistó el Mundial de Clubes de 2002 y el Campeonato Español de 2003.
El fenómeno renació otra vez en 2009 cuando, tras su fracaso en el Milán, único club con el que no conquistó ningún título, otra complicada cirugía y un parón de más de un año, regresó a Brasil para jugar con el Corinthians y exhibir aún destellos de su genialidad.
Pese a que también pasó mucho tiempo parado por lesiones y tuvo varios altibajos, en el Corinthians fue campeón paulista y de la Copa do Brasil, título para el que fue decisivo con sus goles, incluyendo uno en la final.
Por su capacidad para resolver frente a la portería adversaria a cualquier distancia y su habilidad para dejar regados a los zagueros contrarios tras una explosiva y larga arrancada, Ronaldo también fue decisivo por todos los clubes que pasó.
En el Cruzeiro, con el que debutó como profesional en 1993, anotó un gol en cada uno de los 44 juegos que disputó y conquistó la Copa do Brasil y el Campeonato Mineiro.
En el PSV Eindhoven de Holanda, a donde se transfirió tras haber sido suplente de la selección brasileña que ganó el Mundial de 1994 en Estados Unidos, anotó 54 goles y ganó la Copa de Holanda y la Supercopa de Holanda de 1996.
En el Barcelona, club al que llegó en 1996 y en donde vivió uno de sus mejores períodos puesto que fue elegido el mejor del mundo por la FIFA en 1996 y 1997, anotó 47 goles, algunos de ellos antológicos, lo suficiente para alzar la Copa de España, la Supercopa de España y la Recopa Europea, todo en un mismo año, el 1997.
En el Internacional recaló tras la convulsión que sufrió en el Mundial de Francia y vivió una verdadera montaña rusa en el club milanés.
Anotó 59 goles y ganó una Copa de la UEFA, pero sufrió dos graves lesiones en la misma rodilla que lo tuvieron parado mucho tiempo.
Tras su exitoso renacimiento en el Real Madrid y de pasar sin pena ni gloria con la selección brasileña que disputó el Mundial de 2006 en Alemania, Ronaldo se fue del Milán, club en el que sólo anotó nueve goles en 20 partidos, tras lo cual decidió regresar a Brasil para convertirse en ídolo del Corinthians, en el marcó 35 veces en 69 partidos.
Como jugador de la selección brasileña, el Fenómeno anotó 62 goles en 112 partidos, ganó dos Mundiales (1994 y 2002), dos Copa América (1997 y 1999) y otras dos la Copa de las Confederaciones (1997 y 1999).
De sus goles con la selección destacan los 15 que anotó en cuatro mundiales (asistió al de 1994 con 17 años pero como suplente y no llegó a jugar) y que lo convierten en el mayor anotador en copas del Mundo, título que durante 32 años perteneció al Torpedo Gerd Muller, que anotó 14 en las Copas de 1970 y 1974.
El mejor futbolista del mundo de la FIFA en 1996, 1997 y 2002 supera en la lista de artilleros de mundiales hasta a su compatriota el rey Pelé, que anotó 12.
El delantero se despide tras haber sido el máximo goleador de la Liga holandesa de 1994/95 (30 goles), los campeonatos españoles de 1996/97 (34 goles) y 2003/04 (25 anotaciones), la Copa América de 1999 (5) y el Mundial de 2002 (8).
Elevado a la categoría de celebridad mundial, Ronaldo participó como jugador en numerosas campañas sociales y humanitarias en distintas partes del mundo y fue distinguido como Embajador de Buena Voluntad del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).