Por Darica Velásquez, Luz Gastèlum, Luis Reyes y José María Valenzuela
En la antigüedad los romanos ya “rayoneaban” las paredes y los sitios públicos con profecías y protesta con un incontenible deseo de compartirlas con sus ciudadanos.
Por lo cual, se deduce que escribir sobre los muros es un impulso tan antiguo como la misma racionalidad del ser humano.
Los macedonios, griegos o los egipcios con sus indescifrables jeroglíficos ya utilizaban esta superficie como soporte de su escritura y de su arte
El término “graffiti” deriva del italiano “graffiare” que significa garabatear.
La expresión que llega hasta nuestros días como “graffiti” es un sustantivo, es decir, estaríamos hablando de los “graffiti” o mejor dicho en castellano, como los grafitos, es decir, letrero o dibujo trazado o garabateado en paredes u otras superficies de carácter popular y ocasional.
De Nueva York a Tepito, y de ahí a cualquier parte de Cd. Obregón
El graffiti nace de la necesidad de expresión de los jóvenes, ya sea en el mismo barrio del Bronx en Nueva York, o bien en su contraparte del bravo Tepito o cualquier otro barrio bravo de nuestro entorno local cajemense.
Diría mi compa Enrique de la Jardines del Valle:
”Sì no tenemos un metro donde expresarnos, pues aunque sea en el Ruta Siete, total la onda es darle vuelo al spray!
Los muros tienen la palabra
Es una expresión de los jóvenes para llamar la atención de los demás.
Alguien en algún sitio de la ciudad, tienen una enorme necesidad de “decir abiertamente algo”, de expresarse, y como los espacios de expresión van en sentido contrario a las necesidades o contenidos de este sector, pues no le queda más remedio que utilizar los muros callejeros para expresarse libremente.
¡Por mi raza…hablará el spray!
Sí, podemos no estar de acuerdo en su expresión en particular, pero en el momento de hacerlo hay alguien que clama y reclama la atención.
Si, estamos de acuerdo una gran mayoría realiza pintas malas, obscenas, o pinta o garabatea donde mejor se le ocurra, y es ahí donde comienzan las críticas.
De acuerdo con datos de algunos propietarios de negocios por la Tabasco, el “graffiti” representa un desembolso anual de 20 mil pesos por concepto de repintado de las fachadas de las negociaciones.
Algunos reportes de artículos, señalan que en algunos países altamente desarrollados el fenómeno ha ganado un espacio.
Por ejemplo, en Estados Unidos se han desarrollado programas que permiten encausar esta expresión del graffiti, otorgándoles espacios en las calles y muros.
Algo que tiempo después se dio en nuestro entorno local, en tiempos del trienio de Félix Holguín, con aquel programa de “Pinta tu barda”.
La disyuntiva persiste, lo que para un sector es sólo una conducta antisocial, para otro, tal vez los amantes de la osadía y el libertinaje, represente sólo una manifestación artística, cuestionable si se quiere, pero manifestación al fin de cuentas.
No obstante, para algunos especialistas, estas campañas o programas son un paliativo, que posiblemente enmascaren un problema de conducta antisocial mucho más complejo.
(Texto elaborado para la materia Contextual; maestro Adolfo González Riande).
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