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De no ser porque en el affaire del momento está involucrada la segunda más importante dependencia de la República, (Gobernación y RTC ) después de la Presidencia, se podría pensar que estamos ante un bodrio más del que nos tienen acostumbrados los cineastas mexicanos al momento de promocionar sus películas. Lo comentábamos en estos mismos apuntes hace cosa de quince días, apenas horas después de que se pusiera en cartelera y hoy el tema vuelve a acaparar la atención de la opinión pública nacional: El documental Presunto Culpable que apenas llevará unas dos semanas en cartelera y que todavía hasta ayer había sido vista por al menos un medio millón de personas con ingresos de arriba de los 18 millones de pesos, ha sido puesta fuera de circulación. Lo paradójico de esto es que el filme en cuestión retrata la pudrición, el cáncer que se vive hacia el interior de los órganos de justicia en México y como botón de muestra, exhibe en carne viva, con sus protagonistas en vivo, la ola de corrupción que arropa al aparato de justicia y las vicisitudes por las que atraviesan víctima y defensores para arrancarlo de las garras de la injusticia tras haber sido declarado culpable de un crimen que no cometió y por el cual pasó cuatro años en prisión. Lo trascendente de esto es que, de abogados, los defensores de José Antonio Zúñiga se convirtieron en productores y cámara en mano se dispusieron a documentar la serie de barbaridades e irregularidades cometidas en contra de su defenso. Una de estas tomas exhibe precisamente, el careo que Zúñiga sostiene con el promovente de la solicitud de amparo y único testigo del supuesto crimen cometido por Zúñiga quien entre paréntesis es primo del inculpado. El hecho es un caso juzgado y Zúñiga fue absuelto de toda culpa, sin embargo, cuando todo parecía que la ley y el orden se harían cumplir en todas sus formas en la exhibición de la cinta, aparece la mano de la juez Blanca Lobo Domínguez quien otorga la suspensión provisional al quejoso para asestar un golpe más a la libertad de expresión y de las idea y convierte de nueva cuenta en Presunto Culpable no sólo a Zúñiga sino a los productores y en forma colateral se atenta en contra de la opinión pública en general al imponerse la censura por encima de la libertad de expresión fallo contra el cual se incomodó la propia Secretaría de Gobernación, no obstante a que declaró que acataría las disposiciones del tribunal y a partir de este día dejaría de transmitirse la película que ya se ha convertido en todo un clásico a nivel mundial, si, pero en el que se exhibe a todas luces el grave atraso que se advierte en la impartición de justicia en México.
Hace apenas unos días, el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual señaló abiertamente la descoordinación que existe entre las policías de México y más concretamente entre las fuerzas armadas, el ejército y marina, situación que enojó en sumo grado a Calderón, a tal grado que en su entrevista de ayer con reporteros y editores del Washington Post, uno de los diarios más influyentes de Estados Unidos, declaró que es difícil trabajar con el enviado de Obama lo que en diplomacia quiere decir que no sería de extrañar que Calderón pida su retiro de suelo patrio. Curiosamente, cuando las señalamientos de Pascual aun no terminan de enfriar los ánimos presidenciales, aquí en casa, para no ir muy lejos, el fiscal estatal, Abel Murrieta parece interesado en darla la razón al embajador Pascual cuando abiertamente hace saber su encono y frontal enfrentamiento con el secretario de Seguridad Pública de Cajeme, Víctor Landeros. Lo de frontal es por aquello que a diferencia de otros personajes políticos que tiran la piedra y esconden la mano, el oriundo de Cajeme no se anduvo por las ramas para decir ante los medios que, “se dedique a lo suyo, hay muchas cosas difíciles en Obregón. Ojalá nos pueda ayudar a poner orden ahí”. A diferencia del lenguaje diplomático usado por Calderón, aquí no se requiere de dos dedos de seso para colegir que el fiscal estatal presume que las cosas no andan bien hacia el interior de la dependencia que dirige el hombre a quien ya han empezado a candidatear como posible aspirante a la diputación del XVIII distrito en Cajeme. Pero no terminan ahí las discrepancias en el affaire Landeros- Murrieta que se agudizaron a partir del último enfrentamiento ocurrido en Cajeme en las inmediaciones de la colonia 410 y en donde los elementos de la municipal, prácticamente fueron echados de la escena del crimen no obstante a que ellos fueron los primeros en llegar y acordonaron de inmediato el área para dar lugar a las primeras investigaciones. A este respecto, en pláticas con los colegas hermosillenses, Murrieta Gutiérrez, a quienes otros despistados ya hacen con la candidatura a la alcaldía por el PRI, habría dicho que; "Los problemas no se dan sólo con la policía estatal; curiosamente se dieron también con el Ejército y otras corporaciones; no tengo ningún reporte de falta de coordinación, pero tengo mis razones para trabajar solo en Obregón, sin la municipal”. Como dirían los chavos de hoy; esto ya castra. Obviamente, el procurador se refiere a los encontronazos que los muchachos de Landeros han tenido con elementos del ejército (y otras corporaciones, dice don Abel, sin precisar cuales ). Desgraciadamente, el choque de trenes entre ambas instancias se da en los momentos en que Sonora atraviesa por uno de sus peores momentos en cuestiones de seguridad pública y Cajeme ha sido señalado como el municipio número uno asesinatos y por consiguiente el más violento, primero que Nogales, incluso, que ya es mucho decir. Sugerencias y comentarios; premiereditores@hotmail.com |
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