El “modus operandi” de quienes asaltaron la oficina de enlace del diputado Rogelio Díaz Brown para sustraer información de sus computadoras, hace suponer que se trata de espionaje político, por lo que el caso ya es conocido como el “Rogergate”.
Y aunque no hay detenidos en flagrancia, como en el escando político que sacudió la sociedad norteamericana en los años setenta, al legislador federal lo invade la sospecha del por qué los ladrones no se llevaron otros objetos más valiosos que los discos duros.
“Curiosamente dejaron los celulares, las pantallas, impresoras, así como otros objetos de valor y ni siquiera tocaron los cerca de 4 mil pesos en efectivo que había en uno de los cajones del escritorio de la secretaria”, cuestionó.
Díaz Brown reveló que no es la primera vez que tienen que enfrentar este tipo de acciones, con la diferencia que en las anteriores fue que a uno de sus colaboradores le robaron su computadora y a otro le dañaron su vehículo
No tenemos nada que esconder ni tampoco nos van a detener en nuestra gestión, afirmó el diputado, quien negó que la denuncia del robo sea una acción mediática diseñada desde su oficina para atraer la atención de los medios de comunicación.
“No es nuestro estilo y tampoco lo necesitamos, pues bastante son los temas que traemos para beneficiar a los sonorenses, que afortunadamente nos han dado buena cobertura informativa”, expuso.
Lamentó que en los últimos meses otros compañeros diputados del PRI, como Ernesto De Lucas y José Luis Germán, han sufrido daños a sus propiedades, sin que todavía se hayan detenido a los responsables de los hechos.
El diptutado Díaz Brown exigió a los titulares del poder Ejecutivo en Sonora y México, Felipe Calderón y Guillermo Padrés, que se le ponga un alto a este tipo de actos y se dé seguimiento a las denuncias presentadas y se encuentre a los culpables.
Mediante el expediente 4791/11, la averiguación previa la realiza la Agencia Primera del Ministerio Público, cuyo titular es Carlos Alberto Navarro Colosio.