Columna de Hierro
Sergio Ibarra
Lunes 21 de Marzo de 2011

Es casi seguro que las descobijadas de Wikileaks sigan tumbando personajes del mundo político y militar. El primero de ellos ha sido el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual el que ciertamente se había ido hasta la cocina en sus declaraciones, sobre todo en lo que conciernen a los temas de seguridad y la lucha que Calderón libra en estos momentos contra los carteles del narcotráfico.

De ahí que no sea ninguna coincidencia el que la renuncia del diplomático estadounidense se haya dado dos semanas después de la entrevista de Calderón con el jefe de la Casa Blanca, Mister Obama y en la que indiscutiblemente los temas que estuvieron en la mesa de las discusiones fueran las supuestas declaraciones de Pascual en los casos de Ciudad Juárez y los candidatos del PAN a suceder a Calderón. En el primero de los casos,-- según los cables de Wikileaks--  Pascual habría ventilado la forma en que el ejército había sido prácticamente  relegado de la operación Juárez en contra del narcotráfico y substituido por agentes federales; en el caso de la sucesión, no dijo ninguna mentira, pues sencillamente habría de confirmar el dicho de Calderón meses después cuando éste ha reconocido que la caballada está flaca por rumbos del PAN en materia de aspirantes a la presidencia con un gacho agregado más; según los cables que finalmente acabarían por ponerlo fuera de México, Pascual habría dicho que los aspirantes panistas eran grises, situación que ponía al PRI por la ruta de la recuperación de la presidencia.

En ninguno de los casos habría mentido el ahora ex embajador cuya renuncia le aceptaron “ con profundo pesar y renuencia” tanto Obama como la secretaria de Estado, Hilary Clinton, pues como se vio meses después, la revista Proceso ventiló la ninguneada sufrida por las fuerzas castrenses y en el caso de la sucesión, el propio Calderón se encargaría de confirmar la sospecha generalizada al sugerir que el PAN podría encontrar  fuera de sus filas al candidato que le asegure el triunfo ante sus más cercanos competidores, el PRI y el PRD, los que por cierto, ya hacen lo propio en busca del hombre que termine con la decena trágica en el PAN, tarea, por cierto, nada fácil si, como vemos, Humberto Moreira sigue ocupado en su tarea del reacomodo de las calabazas luego de su llegada a la dirigencia nacional tricolor, mientras que en el PRD, los amarillos siguen entrampados en la elección del relevo de Jesús Ortega y en donde tanto López Obrador como Marcelo Ebrard, tienen la última palabra para elegir entre Dolores Padierna, mejor conocida como la dama “ del señor de las ligas, René Bejarano, el sonorense, Jesús Zambrano “eEl traga balas” y el caballo negro de Ebrard, Armando Ríos Piter.

FIERRITOS EN LA LUMBRE

De seguir las cosas como están, el mundo en vilo, con la escaramuza que se levanta por el Medio  Oriente en donde las fuerzas aliadas han desatado un infierno en contra de Muamar Gadafi, es posible que ahora si se cumplan las profecías que un 21 de Marzo de 1843, hiciera el milenalista William Miller quien aseguró por aquellos días que el mundo viviría su último día el 21 de marzo de 1844, atendiendo las profecías de Daniel.

La profecía de las 2300 tardes y mañanas dice:

Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos. Daniel 8:24-25

Aquí esta claro, no será un reino formado por alianzas como la Unión Europea, este ser recibirá el poder de Satanás, no de manos de hombres.

Y la bestia que ví era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono y grande autoridad.

Apocalipsis 13:2

Así que este líder recibirá todo el poder y la autoridad del mismo Satanás, no hay alianzas humanas.

No solamente esta profecía nos dice cómo se formará el reino del anticristo, sino que nos dice que actuará "arbitrariamente" en otras palabras no respetará las leyes internacionales, ni a las Naciones Unidas ni tampoco a la Unión Europea. Pero la profecía es más contundente al afirmar: "destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos"

Si este líder va a destruir a los fuertes, ¿cómo vamos a pensar que las grandes potencias europeas van a ser el reino del anticristo?. Jamás los países que componen la Unión Europea atacarán a Israel, menos los Estados Unidos de norteamérica. Este ser será tan poderoso que no solamente destruirá
a los poderosos sino que destruirá a Israel con todo su poderío nuclear porque actuará como engaño.

Además ocurrirá un suceso en la Gran Tribulación que permitirá que este ser sea aceptado por Isarael y por el resto de la humanidad. El anticristo destruirá a los dos Olivos y se proclamará como el Mesías esperado por los judíos, profanará el templo e iniciará su reino de terror. Luego cuando los dos Olivos sean levantados por Dios desde la plaza de Jerusalén, donde había sido exhibidos  a todo el mundo, los judíos y el mundo descubrirán la farsa”.

Bueno, eso un poco de lo que habla la extendida profecía. El 21 de marzo nos lleva a recordar obligadamente dos hechos importantes; el arribo de la primavera y el nacimiento del benemérito de las Américas, Benito Juárez quien por cierto, antes de llegar a ser el estadista que fue, inició su carrera como regidor del Ayuntamiento de Oaxaca, cuando todavía era estudiante de bachillerato, después pasó a ser diputado local y federal, gobernador de su estado natal, juez de lo civil, ministro de justicia, Presidente de la Suprema Corte y finalmente, Presidente de la República y contra quien se levantaría ni más ni menos que Porfirio Díaz en 1871 con su proclama del Plan de la Noria, en un intento de frenar los planes reeleccionistas del indio de San Pablo Guelatao y cuyas primeras y últimas parrafadas me permito transcribir aquí, solo para recordar que la polaca, definitivamente, sigue siendo el arte de ingerir de la que no cuesta, sin hacer el menor gesto:

“La reelección indefinida, forzosa y violenta del Ejecutivo Federal ( curiosamente, la proclama nunca cita el nombre de Juárez, solo lo alude como “ el ejecutivo” ), ha puesto en peligro las instituciones nacionales. En el Congreso, una mayoría regimentada por medios reprobados y vergonzosos ha hecho ineficaces los nobles esfuerzos de los diputados independientes y convertido la representación nacional en una cámara cortesana, obsequiosa y resulta siempre a seguir los impulsos del Ejecutivo. ( ¿ dónde vimos eso, dónde? ). En la Suprema Corte de Justicia, la minoría independiente que había salvado algunas veces los principios constitucionales de ese cataclismo de perversión e inmoralidad, es hoy impotente por la falta de dos de sus más dignos representantes y el ingreso de otro llevado allí por la protección del Ejecutivo.

Ninguna garantía ha tenido desde entonces amparo; los jueces y magistrados pundonorosos de los tribunales federales son substituidos por agentes sumisos del Gobierno, y los intereses más caros del pueblo y los principios de mayor trascendencia quedan a merced de los peores guardianes. Varios Estados se hallan privados de sus autoridades legítimas y sometidos a Gobiernos impopulares y tiránicos, impuestos por la acción directa del Ejecutivo, y sostenidos por las fuerzas federales. Su soberanía, sus leyes y la voluntad de los pueblos han sido sacrificados al ciego encaprichamiento del poder personal.
No convoco ambiciones bastardas ni quiero avivar los profundos rencores sembrados por las demasías de la administración. La insurrección nacional que ha de devolver su imperio a las Leyes y a la moral ultrajadas, tiene que inspirarse de nobles y patrióticos sentimientos de dignidad y justicia. Los amantes de la Constitución y de la libertad electoral son bastante fuertes y numerosos en el país de Herrera, Gómez Farías y Ocampo, para aceptar la lucha contra los usurpadores del sufragio popular.

Que los patriotas, los verdaderos constitucionalistas, los hombres del deber, presten su concurso a la causa de la libertad electoral, y el país salvará sus más caros intereses. Que los mandatarios públicos, reconociendo que sus poderes son limitados, devuelvan honradamente al pueblo elector el depósito de su confianza en los períodos legales, y la observancia estricta de la Constitución será verdadera garantía de paz, que ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder, y ésta será la última revolución.
La Noria, noviembre de 1871. Porfirio Díaz.


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