Columna de Hierro
Sergio Ibarra
Viernes 25 de Marzo de 2011

Cómo se me hace que el llamado Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia (que más bien, debería ser dirigido a la no violencia), enfocado supuestamente a garantizar la libertad de expresión en el entorno de criminalidad y violencia en el que se debate el país y los mexicanos, está llegando un poco tarde y cuando estamos a punto de rebasar los 35 mil muertos que nos ha costado este baño de sangre que no tiene para cuando acabar.

El referido acuerdo signado ayer dentro del programa Iniciativa México por más de 700 medios impresos del país obliga a los firmantes ( dice la nota del Universal ) a ceñirse a una estrategia que otorgue al trabajo periodístico mayor profundidad y limitar los efectos propagandísticos del crimen organizado. El segundo de los puntos es posible que pueda medianamente alcanzarse mientras que el punto primero siento que está demás pues no veo quien pueda y quiera profundizarse en un asunto tan delicado y de grave riesgo como es la actividad del narcotráfico.

Aquellos que intentaron hacerlo o ya están muertos o sencillamente descubrieron, después de cincuenta años de ejercer el periodismo que éste no era su oficio. El que se pueda limitar los efectos propagandísticos del crimen organizado está por verse por dos cosas; de cuatro años a la fecha, los periódicos y quienes nos dedicamos a comentar sobre los diversos problemas en que riela el quehacer general del país no tenemos más materia prima que la violencia y los hechos de sangre.

El que un grupo de narcos tome las instalaciones de una comandancia municipal o el destacamento de la PEI, como ocurrió en meses pasados aquí en Sonora (en el municipio de Magdalena) o que alguna corporación como el AFI, el Ejército y la Marina sitien por varias horas el cuartel general de la policía municipal de tal o cual estado pues es y seguirá siendo noticia. Lo mismo ocurre con los constantes enfrentamientos en que muy a punto se ha estado de llegar a las armas, como es el caso de Cajeme en donde los gendarmes de Landeros, parecen haber sido tomado por encargo por parte del Ejército y de la misma Procuraduría. 

Son asuntos estos que, no por el hecho de minimizarlos dejan de estar a la vista de todos como ya lo hizo ver el propio procurador, Abel Murrieta en su choque con el jefe de la gendarmería de Cajeme, Víctor Landeros cuando dijo tener sus razones para no coordinarse con estos en ciertos casos.

El segundo punto al que nos referimos es aquel que tiene que ver con el hecho de que el crimen organizado, desde hace mucho se filtró no solo en el campo de la política, financiando y poniendo autoridades (alcaldes, diputados, comandantes, y un etcétera tan largo como las aspiraciones de los mexicanos porque alguna vez recuperemos nuestros espacios públicos para poder transitar libremente sin el temor de caer abatido por una bala perdida) sino también en el de los medios de comunicación.

A tal grado que en un descuido, ayer estuvieron presentes en el acto en mención y después de firmar el acuerdo se tomaron la foto para el recuerdo. El país está lleno de estos ejemplos y lo mismo están en la radio que en los medios impresos. Son parte del rompecabezas en que se compone este Estado fallido del que hemos venido hablando meses atrás.

Ojalá no se tilde al columnista de agorero del desastre, apátrida y pesimista que siempre está viendo el vaso medio vacío en vez de medio lleno. Lo que pasa es que hay de cifras a cifras y esta, es una cifra sangrienta que ha dejado luto, llanto, coraje, impotencia y muchos, miles de huérfanos, a tal grado que apenas hace unas horas el propio DIF nacional acaba de tomar otro acuerdo escalofriante; el de levantar un censo para poder hacerle frente al problema de los niños víctimas de la violencia y a los que la guerra contra el crimen ha dejado no solo sin padres, sino hasta sin techo. En otras palabras, esta es la gota que ha derramado el vaso.

Conclusión: No será minimizando el hecho, haciendo lo que el gato, echando tierra a sus excrementos como podamos acabar con el cáncer que acecha a cada familia mexicana.

En lo particular, siento que más que objetivos y principios rectores con los que se adorna el acuerdo a este le faltaron por ahí algunas posturas y si se quiere, hasta exigencias de los abajo firmantes. Y si de iniciativas se trata, aquí están dos que desde hace mucho recorren el país a manera de clamor generalizado: que el gobierno cambie su estrategia en la que, más que confrontación abierta se dirija a una mayor labor de inteligencia en la que por cierto, no implica pensarla mucho para descubrir de quien es la mano que mueve la cuna. Y, dos; a sabiendas y resultas de que quién es quién, ¿ por qué no mejor le tomamos la palabras a los televisos, Azcárraga y Salinas y le damos un mejor uso al mastodonte para promover una feria nacional del empleo con el que de paso le estaríamos dando en el clavo al origen de muchos de nuestros males?
Y por cierto, de los siete objetivos que implica el acuerdo, me quedo con uno; el de establecer mecanismos para la protección de los periodistas ( incluido el de la voz después de esta columna ) en situaciones de riesgo, mecanismos que ojalá no lleguen como el acuerdo y el primero de sus objetivos que precisa, “ proponer criterios editoriales comunes para que la cobertura informativa de la violencia que genera la delincuencia organizada con el propósito de propagar el terror  entre la población no sirva para esos fines”.

En mi caso, -- no sé tu, lector—ya es demasiado tarde; por supuesto que tengo miedo. Por mi, por los míos, por mis amigos y porque los amigos de mis amigos puedan quedar en medio del fuego cruzado que va de Mérida a Ensenada y don Felipe como si nada.


FIERRITOS EN LA LUMBRE

Y en temas propios de la grilla que ya recorre el estado, los que ya afinan sus huestes para acudir prestos a la convocatoria que acaba de lanzar el PRI son los aspirantes a dirigir el tricolor municipal en sus respectivas comunidades como son el escribano Adrián Manjarrez Díaz, en Cajeme y el licenciado Martín Martínez Barceló en Benito Juárez.

De acuerdo a los que saben, en el segundo de los casos, éste cuenta ya con el apoyo de la CNOP, el Movimiento Territorial, la UGOCP y la mayoría de los consejeros del partido de la vecina república, lo que mueve a pensar que el arroz ya se coció por esos rumbos, a pesar de lo caliente del terreno tras  la intentona de imposición que se había venido gestando a favor de gente improvisada que sólo acuden al nopal cuando está a punto de las tunas y como quedó demostrado luego de la rasurada que le dieron al padrón priista bajo la sospechosísima ausencia del delegado Miguel Gaspar quien muy a modo llegó tarde a la reunión en donde manos muy identificadas dieron de baja a connotados consejeros oficio.

Tú no estás para saberlo pero de buena fuente te digo que ya se le dan los últimos toques al desplegado en el que se denunciarán, ante el Comité Directivo Estatal priista ésta y otras irregularidades que involucran a Gaspar y al otro de los aspirantes, Edgardo Martínez Robles.

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