Estrasburgo.- Médicos franceses lograron extraer la vesícula de una mujer sin necesidad de abrirle el abdomen.
La operación, que duró tres horas, consistió en la introducción en la vagina de la paciente —que sufría de cálculos en la vesícula— de un endoscopio flexible, de un largo de entre 1,3 y 15 milímetros aproximadamente, dotado en un extremo de una cámara en miniatura, para visualizar la intervención a través de la pantalla de una computadora.
Para la medicina se trata tal vez del comienzo de una revolución.
La cirugía laparoscópica, o mini invasiva, que registró un fuerte desarrollo desde fines de los años 80, permite realizar 3 ó 4 pequeñas incisiones, de entre 5 y 10 milímetros de largo, en el cuerpo del paciente, a fin de introducir cánulas a través de las que se deslizan instrumentos y una cámara en miniatura.
Esta nueva cirugía, llamada transluminal porque atraviesa la "luz" de los órganos, es susceptible de servirse de todas las vías naturales del organismo, boca, estómago, vagina, uretra y recto.
Su mayor interés, según justifica Jacques Marescaux, es que tanto el estómago como la vagina cicatrizan mucho más rápido que la piel.
"La ausencia de incisión en la pared abdominal permite evitar complicaciones (como infecciones, abscesos o aflojamiento de la cicatriz)", concluyó Marescaux.
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