Es en el hogar donde las familias pueden verse más afectadas por las picaduras de alacranes, por lo que es importante que los sonorenses mantengan limpios sus domicilios, sobre todo recámaras, patios, cocinas y baños.

Las picaduras de animales ponzoñosos representa uno de los principales cuadros clínicos de atención en México, donde se atienden alrededor de 150 mil pacientes al año por este motivo. De esta estadística nacional, el 50% es por picaduras de alacrán, 25% por reptiles y 25% por otros insectos.

Así como en México, en Sonora el alacrán es también el animal ponzoñoso que más afecta, y en los últimos 4 años, se han registrado entre 6 y 7 mil casos anuales por diferentes picaduras.

Contrario a lo que podría pensarse, los alacranes no son animales agresivos, sino que atacan cuando sienten que es necesario defenderse, es por esa razón que habitualmente una persona resulta afectada por este animal cuando camina descalza por el suelo, al efectuar un movimiento en la cama o buscar la ropa.

Los síntomas más comunes son: dolor en el sitio de la picadura, hormigueo, adormecimiento, comezón en la nariz y garganta, sensación de un cuerpo extraño en la garganta; en los casos graves además se presentan convulsiones, parálisis del paladar, lagrimeo, dificultad para fijar la visión, vómito, fiebre, taquicardia, entre otros.

La gravedad de la situación depende de la especie del alacrán, el volumen de veneno vertido, el estado de salud previo de la persona afectada, la edad y peso y la sensibilidad que tenga el paciente para el veneno.

Ante la presencia de los síntomas lo más recomendable es solicitar atención médica oportuna, sobre todo si la picadura se presenta en un niño pequeño.

Las principales recomendaciones para evitar la presencia de estos animales en el hogar son rellenar las grietas y agujeros en las paredes, colocar protecciones de tela de alambre en puertas y ventanas. También se debe mantener limpio el hogar, sacudir y revisar la ropa antes de usarla.