Anabólicos esteroides en el beisbol
Por Jaime Ariel Alvarez
Lunes 02 de Mayo de 2011

¡Hola amigos! En la última columna, previa a las vacaciones, estuve tocando un tema podríamos decir que muy escabroso, y ese es el del consumo de sustancias prohibidas en la Major League Baseball y el circo que se ha armado de años a la fecha en la persecución de los más famosos presuntos consumidores.

En resumen planteé mi tesis del encubrimiento por parte de la MLB, de actos de sus agremiados durante años; también la persecución del Congreso de los Estados Unidos hacia los más famosos peloteros de las últimas dos décadas; ésto último debido a las omisiones de Bud Seligde implementar un agresivo sistema de detección anti-dopaje y por supuesto la doble moral que equipos, aficionados y prensa predicamos en este tema. No era ilegal el consumo, pero a su vez podríamos decir que tampoco era ético.

Debemos ahora de tomar un camino más rocoso y ese es el de qué le depara el futuro a los peloteros de élite que jugaron en estas décadas y que hasta el momento no se les ha ligado claramente como consumidores. ¿Tendrán ellos un lugar en Cooperstown? ó ¿Serán desvinculados del nicho de inmortales? Así como ya lo está viviendo en carne propia el Big Mac y hablo específicamente del Junior de los Griffey, miembro del Club de los 600.

¿Qué podemos decir que se ha comprobado? A mi gusto nada; son muchos los que se les vislumbra ya como tramposos y pocas las pruebas. ¿Dónde están las evidencias médicas de consumo por parte de McGwire, Sosa y Palmeiro? Al igual que documentos que proclamen que Bonds o Clemens se metieron algo.

Y para acabarle está el caso de Manny Ramírez, que nos deja muchas dudas. ¿Fueron esteroides, hormonas o drogas comunes  lo que el Super Manny consumió?  MLB tiene que salir a dar la cara, ya que en lugar de beneficiarse por encubrir pierde más credibilidad. 

No puede ser que las caras más protagónicas de las últimas tres décadas estén vinculadas en este escándalo. ¡Ya basta! Respuestas, respuestas, respuestas, eso es lo que necesitamos.

Quiero saber a qué dirección mando mis memorias, todo lo que se plasmó en mi durante estos años donde me sentía orgulloso de los peloteros que me había tocado ver en mi generación, la mayoría de ellos pasaron de la gloria al infierno. ¡No es justo para ellos! ¡No es justo para los aficionados y no es justo para el béisbol! ¡YA BASTA DE PERSECUSIONES! Quiero CLARIDAD EN LAS DEMANDAS y si no hay evidencia física, que los que juzgan se CALLEN LAS BOCAS o que, ¿Necesitaremos crear un nuevo Salón? ¿El Salón de la Vergüenza donde se reciba en su seno a todos estos desprestigiados atletas? Una duda, ¿Qué ciudad sería sede?, la ciudad del pecado, las Vegas, sería mi primera opción. A lo que ha llegado el beisbol, quiero un borrón y cuenta nueva, porque aún cuando no era ético tampoco era ilegal, que no paguen justos por pecadores.

En otro orden de ideas, en el lado blanco e incorruptible del beisbol, La Salle 5-6 liderada por Juventino Luna salió victorioso en el Torneo de Pascua organizado por la TOG. La filosofía manejada por este entrenador es de formular una escuadra versátil y esto se mostró en el terreno donde los sueños se hacen realidad. Esta escuadra al igual tiene poder en las muñecas de Max Luna, Rolando Campoy, Omar Picos y Saúl Gil,  velocidad  en las piernas de Hiram Sánchez, Oscar López, Rubén Islas, Ariel Alvarez y Jesús Meza; que inconmensurable entrega en las humanidades de René Sepúlveda, Héctor Espinoza y Arturo Soto. Enhorabuena a todos estos peloteros quienes ya deben de ser considerados el equipo a vencer. Quedó una vez más demostrado que el juego en conjunto pesa más que las individualidades, doce para uno y uno para todos. ¡Campeón!

Por hoy se acabó, nos vemos en el estadio

 
 

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