Aunque la bancada panista trabaja para hacer…hacer de Cabildo el mejor lugar para discutir, resulta que sus miembros demuestran muy poco ánimo y tolerancia cuando la oposición ejerce su derecho a disentir, más si se trata de pesos y centavos.
Desde el primer punto del orden del día iniciaron las hostilidades hacia el regidor priísta de la triple A, tras cuestionar algunos puntos del trimestre de la cuenta pública, que al parecer ya nació el grupo Tucoa: Todos Unidos Contra Alcalá.
Y es que al presidente de la Fundación Colosio, Armando Alcalá Alcaraz, le tupieron macizo, apenas pidió que le explicaran por qué hubo sub ejercicio en gasto de inversión, mientras en la partida del gasto corriente sucedió todo lo contrario.
La respuesta vino del presidente de la Comisión de Hacienda, Guillermo Pineda Bours de que la situación siempre se repite al iniciar cada año porque las licitaciones retrasan la inversión, pero el argumento no convenció a su homólogo del PRI.
Fue entonces que vino el primer “descontón” de parte del regidor Héctor Rodríguez, quien le señaló que se dejara de protagonismos porque todo estaba muy claro y que nomás criticaba para ganar espacios en los medios.
“Si no le entiende es porque no asiste a la juntas de la Comisión de Hacienda, hay que ser más constante en el trabajo de comisiones para cuestionar con bases”, le espetó el líder de la bancada albiazul.
Pero la cosa no quedó ahí porque el regidor Isidro Sonqui, le reclamó al priísta que las sesiones de Cabildo no eran el espacio para discutir detalles de la cuenta pública, pues para eso estaban las comisiones. “Hay que tener más constancia”, le remarcó.
“No se puede ver en tres horas el trabajo de tres meses, sobre todo si los números no se entregan a tiempo”, alegó Alcalá en su defensa y puso el “dedo en la llaga” de sus pares cuando les señaló que “si no cuestionamos, pues estamos de parapeto”.
El atrevimiento le iba costar caro. Desde su indolencia, la regidora Silvia Favela criticó al edil del PRI porque siempre llegaba tarde a las juntas y se la llevaba “chateando” en su dispositivo móvil.
“Ahí está de prueba el regidor José María Parada que asiste como invitado, inclusive ya estamos pensando integrarlo la Comisión de Hacienda para que cubra su lugar porque usted anda muy ocupado en sus viajes”, musitó la regidora.
“Eso de que no asisto es una payasada, exijo que traigan las listas de asistencia”, exigió Alcalá al secretario Luis Plasencia, mientras Héctor Rodríguez sacaba el reglamento interno para decir que regidor priísta había agotado el número de participaciones.
Entonces le brinca Sarahí Gómez y le recuerda el Artículo 16 de la Ley de Gobierno Municipal, que dicta las obligaciones de los regidores, entre ellas, el analizar, deliberar y votar sobre los asuntos que se traten en las sesiones de comisiones y del Ayuntamiento.
“Por qué se asustan si el regidor Alcalá solo está buscando una respuestas; qué curioso que le reprochen que no asiste a la Comisión, pero los que asisten no le pueden dar una respuesta a sus preguntas”, ironizó la regidora.
Para entonces un personaje de la prensa observaba con preocupación la paliza que le daban al apellido Alcalá, pues se sintió aludido por partida doble, tomando en cuenta que la puerta de Alcalá está en Madrid y fue diseñada por Francesco Sabatini. Eso le “toca las pelotas” a cualquier mortal, joder!.
Luego vinieron los señalamientos hacia el Oomapasc, cuyo director de nuevo justificó que las inconsistencias se debían a “errores de dedo” que se corregirían y de no ser de la intervención de Omar Romero, de Tesorería Municipal, el alegato se hubiera ido a tiempos extras.
Ya con los ánimos a la baja, el regidor Triple A aceptó la explicación, pero siguió el agarre por aquello de las faltas con el regidor Sonqui, que personificaron la gresca al modo de Pedro Infante y Jorge Negrete en la película Dos tipo de cuidado.
“No tengo de nada de qué cuidarme, regidor Alcalá, sé muy bien lo que estoy diciendo”, fustigó el Presidente de la Comisión de Seguridad Pública, quien desde hace rato usa un tono muy cercano a lo militar.
Minutos después, en el estacionamiento se detectan las siluetas de ambos regidores, quienes en buena lid intercambian sus Pins para continuar la discusión a través de sus blackberrys “alejados del bullicio y de la falsa sociedad”…edilicia. La prioridad en ese momento, era llegar puntuales a la muestra gastronómica.