Desde hace dos décadas, los niños de las granjas de los alrededores de la comunidad de 15 y H, toman clases en dos aulas de cartón.

Una de ellas es Cristina Rubio Márquez, quien a sus 11 años de edad, cursa segundo de primaria y aun no aprende bien a leer.

La pequeña y una hermana menor, se trasladan cada mañana desde la granja Santa Bárbara a la escuela Francisco I. Madero  y aunque por años se ausentó por cuestiones de enfermedad, la niña aseguró no desistirá en lograr su sueño de ser doctora.

“Quiero ayudar a la gente, yo no conozco a ningún doctor, no tengo a un amigo o tío que sea doctor, yo seré doctora y los curare a todos los enfermos”, dijo Cristina.

Selene Guadalupe Mungarro Agramon, maestra de primaria, expuso que en un aula cursan 10 niños preescolar y en otra 8 la primaria, la cual se mantiene con material de trabajo que les proporciona el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE).

“Trabajamos en condiciones buenas porque donde quiera se aprende, pero si necesitamos  una ayudadita, hace 20 años que opera así, cada maestra que llega le hace un arreglito, el que puede”, platicó la maestra.

Sin importar el frío, el calor o toda carencia, los 18 pequeños asisten a clases a su escuela ubicada en el corazón del Valle del Yaqui en el cruce de las calles H y 1500, con la esperanza de que las condiciones de las aulas mejoren.