La rudeza en el beisbol
AL BAT: Jesús A. Rubio
Viernes 03 de Junio de 2011

(Foto de portada: Nolan Ryan le pega unos "cocos" a Robin Ventura).

La polémica en tertulias son excelentes, todos tenemos siempre larazón. Me refiero al drama de Búster Posey y el tremendo golpe que puede dejarlo fuera de toda la temporada. Mi opinión no la cambio.

El beisbol es un deporte que parte de una ciencia cuyas bases requieren de planeación buscando el triunfo, en juego de conjunto, basado en estrategias que se establecen antes y durante el partido del mismo.

Todo es mental y siempre se busca mantener tal forma; vencer mediante jugadas de habilidad donde lo físico tendrá que responder al principio mental prefabricado.

Por ejemplo dar la base por bolas intencional a un bateador puede ahorrarse con darle directamente un pelotazo al bateador en turno, y así ahorrar dar cuatro bolas lejos del alcance que éste tenga posibilidad a pegarle a la llamada "bola mala" (excepto Yogui Berraque mejor bateaba este tipo de lanzamientos).

Más el principio básico de este deporte no nace con el contacto físico y menos violento. Tampoco está exento de que sucedan acontecimientos violentos, de contacto físico.

El ejemplo de la abuelita como catcher es excelente y me hace recordar cómo Roberto "Beto" Ávila en su última temporada como jugador profesional en la segunda base de los Tigres del México en 1960, Al Pinkston considerado y temido por su rudeza y por su corpulencia, arrollaba a jugadores de base con esa fuerza que se le acabó en una jugada, le bailó sobre su corpulencia y no por mala intención del jarocho, sino por su capacidad y experiencia subestimada por el victimario que resultó víctima y lo dejó fuera de juego una semana.

Recuerdo también la rudeza y juego agresivo de Pete Rose, sobre todo cuando arrolló impunemente en el Juego de Estrellas de 1970 al catcher Ray Fosse en una jugada donde notó que lograría porque lo estaban esperando para ser un out con mucho. Ahí se cumplió la teoría de Einstein:

Masa sobre velocidad. Rose, musculoso y a toda velocidad, contra el estático y débil Fosse… y así tantas acciones de un juego que habitualmente no es violento físicamente aunque puede serlo verbalmente como cuando un jugador protesta al siempre cuestionado umpire sus decisiones, tanto elpitcher, el catcher, el bateador, los managers y lo peor, todo el público, la prensa y medios de información.

Recuerdo que (y sería motivo de consulta en los anales del beisbol deLMB) cuando siendo Tomás Herrera manager de los Diablos Rojos, molesto por decisiones que desde su óptica el ampayer estaba haciendo contra su equipo, salió de su caseta y llamó a su pitcher y catcher, Alberto Joachín y Beto Palafox, respectivamente, y les dio instrucciones:
El siguiente lanzamiento, a toda la tremenda velocidad de Joachín, se hizo a un lado Beto Palafox y le pegó en pleno peto al ampayer (no recuerdo si fue Pancho Alcaraz).

Esto le costó a Palafox una suspensión temporal y a Tomás Herrera el resto de la temporada. Todo esto muestra que de alguna forma  la rudeza y violencia existe en el ser humano cuando se irrita y pierde control; merced a eso llamado pasión, sea pasivo o activo. Afortunadamente no se ha llegado a lo queen otros deportes pareciera ya costumbre y tampoco se reproduce en tribunas donde este incidente fue motivo de diversión en el público.

Sé que existen muchas anécdotas que se prestan a la llamada violencia en el beisbol, por ejemplo Billy Martin y su temperamental forma de jugar y subirse a tribuna para pelear con aficionados o incluso sacar una pistola en Minnesota contra su pitcher Julius Grant por diferencias de opinión como lo hiciera sin pistola contra ReggieJackson y el gran Thurman Munson su extraordinario catcher con los Yankees.

En fin el beisbol es una ciencia que requiere de mucha paciencia dondela mente requiere de una conjunción de habilidad física y de coordinación con sensatez, más es imposible suprimir la fuerza física.

No sé si hoy hay disimulo en la mala intención donde la labor del umpire tiene que estar tan atento de observar si un lanzamiento esfalla del pitcher por ejemplo, o lo hace con fines de mala intención.

Don Drysdale fue señalado “El cazador de cabezas”; Juan Marichal lepegó con el bat a John Rosseboro por regresar la bola encima o tratando de golpearlo en la cabeza; Bert Campaneris (shorst-stop) le lanzó con toda la intención el bat a un pitcher porque "sintió" quequería golpearlo de manera intencionada (cuando una las tres series mundiales consecutivas de los Atléticos de Oakland donde incluso Horacio Piña era parte).

En fin, todo es producto de recuerdos y admiro a los tres quealudo por sus opiniones y obviamente estoy enterado porque unperiodista de tu altura nos informa y nutre.

Colaboración del Dr. Carlos Rodríguez Candila:

 
 

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