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Todo político preso es un preso político, dijo ayer Jorge Hank Rhon según un twitter que circulaba este sábado. Si en realidad es suya, la frase demostraría que el rapaz empresario heredó de su padre algo más que el gusto por el dinero. Su parafraseo del famoso lema de los Hank (todo político pobre es un pobre político), no sólo es ingenioso sino, por desgracia, muy atinado en este caso. Su aprehensión este fin de semana por acopio de armas ilegales por parte de la PGR tiene todos los visos de ser un golpe mediático con fines políticos. Jorge Hank Rhon es el eslabón moralmente más débil de la cadena que conduce al grupo Atlacomulco, es decir a Peña Nieto. El gobierno federal necesitará pruebas más sólidas que una colección de armas privadas para quitarnos la noción de que esto no es una maniobra facciosa preelectoral. Y no se malinterprete. Comparto la opinión de muchos de que Jorge Hank Rhon debería estar en la cárcel hace mucho tiempo y por delitos graves. Durante años el semanario Zeta, fundado por Jesús Blancornelas, ha atribuido a Hank Rhon la autoría intelectual del asesinato de su cofundador Héctor “El Gato” Félix. Cada semana Zeta publica la leyenda: “Jorge Hank Rhon: ¿Por qué me asesinó tu guardaespaldas Antonio Vera Palestina?”. Le acompañan una fotografía de la víctima y una cita del ex gobernador Ernesto Ruffo, a propósito de esos hechos: “Todos los caminos conducen al Hipódromo de Agua Caliente”. En un capítulo elaborado por Marco Lara del libro Los Intocables, se documentan los excesos y expedientes negros del hombre más rico e influyente de Tijuana. En el texto se describe el enriquecimiento vertiginoso, el tráfico de influencias y las investigaciones estadounidenses que lo mencionan sobre lavado de dinero y presuntos vinculos con el crimen organizado. El político salió bien librado de estos y otros cargos gracias a la imposibilidad de documentar los delitos, sea por la ausencia de estos o el poder de su grupo político. Hoy en día Jorge Hank Rhon forma parte de la élite de los amos de México. Ex alcalde de Tijuana y ex candidato a gobernador de Baja California, sigue vinculado al grupo Atlacomulco. Es el mayor propietario de casinos e hipódromos a escala nacional, y dueño del recién ascendido equipo de futbol los Xolos de Tijuana, lo cual lo hace miembro del poderoso club de dueños que gobierna el futbol mexicano. Hace tres años reconocía que su fortuna personal ascendía a más de mil millones de dólares, pero se asume que podría ser cuatro veces más grande. Detener a Jorge Hank Rhon porque la escolta tenía en su casa 40 armas largas es moverse en terreno pantanoso. Él y su esposa tienen 19 hijos (propios y de matrimonios anteriores) y en conjunto constituyen un numeroso clan que se mueve en Tijuana gracias a la protección de un verdadero ejército privado de guardaespaldas. No muy distinto a lo que sucede en las residencias de millonarios de este calado. Aun cuando se trate de posesión ilegal de armas, la incapacidad del Estado mexicano para evitar los secuestros y garantizar la seguridad de estos personajes, se ha convertido en coartada para la existencia de tales cuerpos de seguridad. Hank sería sólo uno entre otros. Ciertamente Al Capone fue detenido por evasión fiscal, y gracias a ello purgó sus últimos años en la cárcel. Seguramente Jorge Hank tiene en su haber otros delitos no comprobables, y la posesión ilegal de armas podría ser un recurso para llevarlo a prisión. Pero la discrecionalidad de la medida despierta todo tipo de sospechas. Lo cual nos regresa a las motivaciones políticas. Desde hace semanas se habla de un golpe mediático que asestaría Los Pinos contra el PRI por la vía de una aprehensión de algún pez gordo priista (un ex gobernador). Un “obamazo” de esta naturaleza, se decía, podría reducir la ventaja de Peña Nieto en la carrera presidencial. Me temo que si este es el “obamazo”, el PAN está perdido. No sólo porque los cargos y pruebas podrían debilitarse en tribunales, hasta derivar en un “michoacanazo II”. También porque el golpe político es tan burdo, que terminará por confirmar las acusaciones de la oposición sobre el uso faccioso y electoral de la PGR y tribunales por parte de Felipe Calderón. Si el tema no es un asunto de justicia, sino de imagen, no se cual de los dos, el PRI o Calderón, salen más perjudicados. Ahora bien, si esta detención va seguida de acusaciones sólidas y documentadas y más graves (lavado de dinero, vinculos con el crimen organizado), entonces sí, la justicia estará servida, al margen de sus usos políticos. Al cierre de ese texto eso aún está por verse. El fantasma del desafuero de López Obrador vuelve a tentar a Los Pinos. www.jorgezepeda.net |
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