GUADALAJARA. “Duré dos meses en adiestramiento y apenas llevo tres o cuatro días”, explicó entre sonrisas María Celeste, de 16 años de edad. “Soy sicaria al servicio de Los Zetas”, afirmó.
La incipiente carrera criminal de la adolescente fue truncada el martes pasado, cuando participó en dos enfrentamientos a balazos contra policías estatales en la comunidad conocida como La Lobera, en el municipio de San Cristóbal de la Barranca, en los límites con Zacatecas. Seis de sus compañeros murieron y fue arrestada junto con otros nueve gatilleros, casi todos de entre 16 y 21 años de edad.
Cuando habló de lo que aprendió durante los días de adiestramiento, detalló: “Manejo el cuerno (AK-47), la erre (AR-15) y las cortas (pistolas de diferentes calibres)”.
La noche del martes, los 10 presuntos delincuentes fueron presentados ante medios de comunicación en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado en Guadalajara.
De manera simple, la menor, originaria de Ciudad Victoria, Tamaulipas, relató como inició en esta organización criminal.
“Duré dos meses en adiestramiento y apenas llevo tres o cuatro días. Me invitaron por medio de unos amigos que iban a trabajar con Los Zetas”, explicó mientras al mismo momento que aseveró que no era forzada a estar en la organización.
Tranquila, contó a su modo que el adiestramiento a cargo de ex militares consistía en hacer ejercicios y el manejo de armas, aunque reconoció que aún no le enseñaban a utilizar granadas.
Ya sin palabras y con una mueca más preocupada que sonriente, María Celeste se resignó a la posibilidad de ser procesada, tal vez por los delitos de posesión y portación de armas de su exclusivo del Ejército, delincuencia organizada y otros que resulten.
Advirtió que durante su adiestramiento y sus días anteriores como sicaria no había matado.
Una “halcón” de 21 años
Otra de las detenidas es Beatriz, de 21 años de edad, originaria de Xalapa, Veracruz, quien en la organización criminal de Los Zetas tenía, supuestamente, la responsabilidad de vigilar autoridades; ella es una halcón. La joven pertenece a una célula radicada en Zacatecas, y en la que trabajan ocho mujeres.
“Me pagan cuatro mil a la quincena allá en Fresnillo desde hace un año. Trabajo para el comandante Centeno”, explicó tranquila.
Sobre lo sucedido este martes en el municipio de San Cristóbal de la Barranca, relató: “Veníamos de Fresnillo, nos detuvimos en La Lobera a descansar y nos dirigíamos a Florencia a pelear contra los del Golfo. Acá nada más nos detuvimos a descansar, porque eran las instrucciones que teníamos”.
Su encomienda no fue cumplida. A los 10 detenidos les aseguraron cuatro camionetas, dos de ellas blindadas, 160 “poncha llantas”, una ametralladora M-60, seis rifles AR-15, dos fusiles AK-47, una pistola calibre nueve milímetros, un lanzagranadas, dos granadas de mano, uniformes camuflados, 36 cargadores y alrededor de 500 cartuchos de diferentes calibres.
Las mujeres detenidas coinciden que estar dentro del crimen organizado ha sido redituable para ellas.
María Guadalupe Sandoval, quien vestía ropa tipo militar, dijo que recibía 12 mil pesos mensuales, ya que conocía de armas y por haber participado en balaceras.