La postura que acaba de tomar Felipe Calderón en torno al proceso electoral de éste venidero domingo en el Estado de México y en el que, se supone habría de estar en juego la gubernatura de esa entidad lo mismo que aquella otra elección en la que los mexicanos habremos de votar para elegir al nuevo Presidente de la República, se parece mucho aquella tortuosa posición que asumió Ernesto Zedillo la noche del cuatro de julio del 2000 cuando escasas horas después de los comicios presidenciales anunció la clara ventaja que favorecía al candidato del PAN, Vicente Fox, sobre el aspirante de su partido, el sinaloense, Francisco Labastida Ochoa.
En ambos casos, los dos presidentes tenían la razón. La única diferencia aquí con la pérdida que tendrá que enfrentar el PAN en el estado que gobierna Peña Nieto y con la que se avecina, también, en la grande del 2012, son los tiempos en que Calderón se anticipa a la derrota.
Zedillo reconoció que, de acuerdo a las últimas encuestas de salida, estas no favorecían a su candidato, apenas horas después de que se había cerrado la última casilla y aquí, la gran diferencia es que todavía falta un año para que tengan lugar las elecciones en las que el PRI no tendrá que despeinarse mucho, según se advierte en las declaraciones de Calderón:
--Se ve que hay un PRI que está muy fortalecido, evidentemente, pero bueno, siempre los electores tienen la posibilidad de decidir. Todo cuenta en las campañas: las propuestas, candidatos, reglas, capacidad organizativa, el dinero, los medios, de tal manera que independientemente de lo que decidan los mexiquenses habrá que hacer una revisión profunda de todos esos factores---
Enseguida mencionó la frase con la que han venido coincidiendo últimamente dos de sus más reconocidos detractores; Manuel Espino Barrientos a quien mandó expulsar del partido y Vicente Fox:
En el PAN, -- le dijo Calderón al entrevistador—no se mira candidato sólido para el 2012.
Después de mencionar uno a uno a los integrantes de la “flaca caballada” de su partido, incluido a su corderito, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, pasando por el de la SEP, Lujambio, Santiago Creel, Heriberto Félix – Sedesol—y hasta a la diputada Vázquez Mota, dijo que estos “se pueden ir cuando quieran”, lo que denota la evidente desilusión del mandatario con su escuálida caballada y mueve a pensar a que el michoacano oculta alguna carta bajo el brazo y descifra el mensaje que de tiempo atrás venía enviando a sus correligionarios en el sentido de que, dado el caso, su partido podría echar mano de algún candidato externo, también llamado, candidato ciudadano y por donde también, por más vueltas que se le den, no se ve nada claro, salvo un Carlos Slim – con el que Calderón no lleva muy buenas relaciones que digamos--, un Manuel Camacho Solís o, de plano, irse en alianza con el PRD, pero sin el peje, llevando a Marcelo Ebrard como candidato.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
A nivel local, los que andan que echan lumbre son la mayoría de los integrantes de la gendarmería local a raíz de que, gracias a la insana intervención de la secretaria de conflictos del SUTSAC, Manuela Robles, ha quedado sin efecto el ascenso automático del que gozaban todos los agentes policiacos cuando alcanzaban su jubilación. Es decir, es a partir de esta administración que quien se jubila o muere, ya no adquiere el rango inmediato que por justicia le correspondía, situación que trae muy molestos a nuestros agentes y andan que echan chispas en contra de la señora que no atiende los conflictos como dice su puesto en el sindicato de los trabajadores al servicio del ayuntamiento sino más bien, los crea, dicen ellos. Por otra parte y siguiendo con el ayuntamiento de Cajeme, dos, siguen siendo los temas que acaparan la atención entre la burocracia y la grilla en general: las supuestas renuncias que tendrán que darse entre aquellos funcionarios del ayuntamiento que aspiran a algún cargo electoral que van desde diputado local, federal, alcalde o senador, como obviamente son los casos del mismo Manolo Barro y su secretario del ayuntamiento, Luis Alberto, el Chiveto Plascencia, en cuyo caso, dice la raza, están por inventarle una alcaldía pluri, porque solo así tendría chanza de alcanzarla. Los que también han levantado la mano para hacer ver que también tienen su corazoncito son los regidores del actual cabildo los que están que brincan por alcanzar las candidaturas a la diputación local por sus respectivos distritos. En este contexto, pasan lista de presentes, predominando el fuerte sexo débil como son los casos de las regidoras panistas y priistas, Carmen Guerrero, Marta Patricia Espinoza, Alma Lorenia Delgado, Karina Ivonne Dvorak Olea y Lourdes Luna Guerrero, mientras que por el PRD, hace lo propio, el ex dirigente y actual regidor, Guillermo Patiño Fierro el que, entre otras cosas, prepara lo relacionado a la gira que en breve efectuará por el sur del estado, el actual jefe de gobierno capitalino Marcelo Ebrard y visible aspirante perredista a la presidencia de la república.
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