Hace ocho años se le ocurrió llevar funciones de teatro guiñol a niños internados en el Hospital General de Ciudad Obregón (HGCO);  ella misma elaboraba personajes y escenografías.

Así estuvo alrededor de un año, hasta que un día tuvo que acudir con carácter obligatorio a las pláticas “De padres a hijos”, que ofrecieron en la escuela de uno de sus hijos.

En una de esas pláticas, la instructora les dijo que debían presentar un proyecto a través del cual podrían ayudar a los demás y con el antecedente del teatro guiñol, Ofelia buscó mejorarlo pero al final terminó dándole otro sentido.

Su proyecto partió de la pregunta: ¿qué haría ella con un niño con cáncer en fase terminal? Si en cuestiones médicas nada podía hacer, pensó que sería bueno contribuir haicendo pasar a los pequeños un momento agradable.

A Ofelia se le ocurrió cumplirles sus sueños a esos pequeños, algunos ya desahuciados y otros que por meses, algunos por años, han vivido en el hospital, recibiendo todo tipo de tratamiento en busca de ganar la lucha contra el cáncer. 

Su proyecto y el de otros padres fueron presentados en las pláticas, pero sólo el de Ofelia no se quedó plasmado en papel sino que lo hizo realidad.

Se armó de valor y voluntad. Buscó una reunión con autoridades del Hospital General Regional I del IMSS y les presentó su proyecto, que pronto fue autorizado.

Solo necesitaba que le permitieran estar en contacto con el encargado del área de pediatría, quien le canalizaría los casos de niños en fase terminal para hacerles realidad un sueño.

Desde entonces, hace siete años, Ofelia le ha cumplido el sueño a un total de 20 pequeños que querían ser bomberos, policías, maestras, enfermeras, diseñadora de modas, reportera, algunas doctoras, maestras y un veterinario.

“Son ya 20 niños a los que se les ha cumplido su sueño y desafortunadamente de esos 20 ya fallecieron 4 angelitos, pero también hay buenas cosas que contar, porque tres niños que pensaban que estaban en fase terminal, ahorita están sanos, en casa, sin necesidad de ningún tratamiento”, expuso.

En ese tiempo, Ofelia ha puesto de su bolsa el recurso económico para la confección del uniforme del niño soñador.

“Son entre 700 y 900 pesos lo que se gasta en hacerles la vestimenta a la medida, en los accesorios o el equipo que necesite, por ejemplo en el caso del policía es el uniforme con todo y nombre grabado, el gorro, zapatos; para la enfermera, su estetoscopio, cofia... todo para que ellos realmente se sientan policía, doctor, enfermera”, detalló.

Hasta hoy su único socio en esta labor ha sido su esposo, quien la han apoyado en todo momento.

Pero la labor de Ofelia poco a poco se vuelve más ambiciosa, sabe que puede hacer aun más por los pequeños con cáncer y su familia y ha modificado su proyecto original; ahora busca que en el IMSS se cuente con un área de pediátría exclusiva para oncología.

“Que tenga sus propios quirófanos, áreas de atención psicológica para niños y familiares, camas en las que los padres que prácticamente duermen sentados, puedan descansar como es debido; detalles pequeños como sillas cómodas para cuando estén en vela a lado de la cama de sus niños, alimento, que sea una atención integral, que no les falte nada”, mencionó.

Para que su sueño se vuelva realidad, Ofelia requiere de alrededor de 10 millones de pesos, los cuales no descansará hasta lograr reunir; por eso espera con ansias el registro oficial de lo que será la Asociación Collins Vélez, que le permitirá recibir donativos y poder presentar su proyecto en concursos para Asociaciones Civiles.

“Estas vacaciones iré a Baja California Sur a averiguar todo lo que tiene que ver con el redondeo de Oxxo, y ya una vez que seamos AC, entrarle a eso; creo que tienes que llevar al menos dos años trabajando como AC constituida para beneficiarte con el redondeo, pero así buscaremos apoyo”, declaró.

Mientras se dan las condiciones, ella seguirá cumpliéndole sueños a niños y no tan niños, ya que actualmente trabaja en los preparativos de lo que será una fiesta de quince años para una joven con tumores en el hígado, desde la renta del local, vestido, cena, música, iglesia e invitaciones, por lo que Ofelia pregunta ¿quién se apunta para apoyar?