"El PRI no era el dinosaurio, sino el cuidador de la jaula de los dinosaurios”. (Anónimo)

Sin duda los resultados del 3 de julio han provocado todo tipo de reacciones. Desde la más eufóricas que lo ven como una señal del regreso automático del PRI a Los Pinos hasta las apocalípticas que señalan de que si eso sucede, México estaría en una regresión política.

Ni una ni otra son precisas. Ciertamente la elección del Estado de México era importante, pero más por lo que representaba en las aspiraciones de Enrique Peña Nieto que por los resultados en sí, que se despejaron muy pronto a favor del PRI desde el momento que la alianza PAN-PRD no cuajó.

Y eso de que el Edomex es el laboratorio de lo que sucederá en la elección federal es una tesis que no se cumple desde hace años, si tomamos en cuenta que en 1999 y 2005 ganaron los candidatos del PRI, pero eso no evitó que llegaran a la presidencia los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón.

Cada elección federal se cuece aparte y ahora en las elecciones locales pesa bastante el aspecto regional. Solo basta decir que dos figuras nacionales, como Alejandro Encinas y Felipe Bravo Mena fueron vencidas por un Eruviel Avila que fue dos veces diputado local y otras dos como alcalde de Ecatepec.

Lo cierto es que sin figuras políticas de peso y sin tanta exposición mediática como Peña Nieto y López Obrador, además del desgaste de gobernar dos sexenios, el panismo está en riesgo nuevamente de perder el poder, tal como lo estuvo con la candidatura del tabasqueño en el 2006.

Pero desde antes el PAN perfila lo que será el tema central de su campaña del 2012: la condena del PRI y sus 70 años de gobierno, pues la bandera del cambio que enarboló Vicente Fox definitivamente ya no vende porque electorado no distingue la diferencia en los estilo de gobernar de un partido a otro.

Es cierto, la herencia del priato fue la corrupción, represión, pobreza y su consabida impunidad que permanece intacta. Pero tampoco se puede decir que todo fue negativo y la prueba está en las instituciones que se heredaron, entre ellas el IFE, que le permitió al PAN llegar a la Presidencia de la República.

Ahora bien, no se trató de una concesión voluntaria del PRI_Gobierno hacia la oposición ni a las organizaciones civiles. Costó mucho esfuerzo y hasta vidas para ir consolidando un estado mexicano más democrático, cuyo mérito no se le puede adjudicar a un solo partido o gobierno.

Por eso cuando el panismo habla de regresión política ante la posible victoria del PRI en el 2012, habría que recordarles que la alternancia es una condicionante para que haya democracia y que si 12 años no les fueron suficientes para hacer los cambios que prometieron,  eso será decisión del electorado.

La lección que nos deja es que no bastó con cambiar de partido o del voluntarismo para solucionar los males del país. Hay avances, pero no han sido suficientes y eso ha decepcionado a un amplio sector de la población, que ya le apuesta más al “malo por conocido, que al bueno por conocer”.

Aquellos que demandaron competencia justa para lograr la alternancia, ahora deben aceptarla con madurez y no solo a conveniencia.

Es cuanto.