En la celebración de su 18 aniversario, el Partido de la Revolución Democrática vive una grave crisis en Sonora, comenta Leticia Burgos Ochoa.
Dicha crisis, añade, es tan profunda que amenaza con desaparecer al partido si no se hace una autocrítica y se modifican las reglas internas que han aprovechado algunos grupos para repartirse regidurías y diputaciones.
El primer paso de la transformación que requiere el PRD, asegura, es abrirse a la participación de ciudadanos independientes que no militan en el partido, pero quieren aportar su esfuerzo a la lucha política y social.
“Debemos entender que hay simpatizantes, individuales o en grupos, que sin perder su independencia están dispuestos a participar en las iniciativas del partido y eventualmente proponer candidaturas de la sociedad civil”, comenta.
Mayoría de edad
Al cumplirse 18 años de vida del PRD, Leticia Burgos destaca los avances en materia electoral, el hecho de gobernar en cinco entidades (D. F., Guerrero, Michoacán, Baja California y Zacatecas), en 300 municipios y ser la segunda fuerza política en las cámaras de Diputados y Senadores.
A pesar de estos avances, “es necesario reconocer que enfrentamos severos problemas internos”, señala.
El PRD en Sonora requiere de una cirugía mayor y establecer más relaciones y compromisos con los sectores social y productivo de la entidad, añade.
Y la manera de iniciar este proceso, explica, es abrir el partido para que toda la ciudadanía que lo desee pueda participar en las decisiones internas más importantes.
Burgos Ochoa reconoce que en reiteradas ocasiones los movimientos al interior del PRD sonorense se han hecho para satisfacer intereses de grupo y reparto de posiciones políticas como regidurías, diputaciones y puestos directivos al interior del partido.
Eso ya no funciona, debe cambiar y si no lo hace el PRD puede caer aún más hasta desaparecer, subraya.
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