Fue a principios del siglo XX y animaban las grandes fiestas no sólo de Nuri sino de muchos pueblos y rancherías del sierra, desde Tesopaco hacia arriba.
Entre ellos estaban los fundadores de familias que con el tiempo emigraron a los valles y se asentaron en Ciudad Obregón y Hermosillo. Otros cruzaron los cerros para llegar a Chiuahua y quedarse allí definitivamente.
Hoy regresan como fantasmas en esta foto que el tiempo ha maltratado. Pero siguen allí, esperando la próxima tanda.