Hace un año y un mes, María Antonieta Luque dio a luz a la pequeña Ana Laura Báez, quien además de síndrome de Down, tenía pie equino varo, malformación congénita que consiste en que el pie se encuentre torcido o invertido y hacia abajo y que ocurre en uno de cada mil niños.
Lo primero en lo que ella y su esposo se ocuparon fue acudir al especialista para iniciar el procedimiento necesario para atender el pie equino varo, que con operaciones y rehabilitación puede eliminarse.
La pequeña fue operada y además de la rehabilitación, y se buscó un lugar donde le dieran estimulación para contribuir a su óptimo desarrollo a pesar de tener síndrome de Down.
María Antonieta llegó en septiembre del 2010 al Instituto Santa Fe, institución de asistencia privada de la cual había escuchado varias recomendaciones.
“Mi hija no se movía, no sostenía su cabeza; ahora, después de un año de recibir terapaia, está muy bien, muy inteligente, vale la pena dar todo por ellos, aunque sea un esfuerzo muy duro, porque es mucho tiempo el que hay que invertir”, dijo la joven madre.
Diariamente Ana Laura recibe sesiones de terapias de al menos dos horas, terapia que algún día la pueden convertir en una persona independiente.
En el Instituto Santa Fe, ubicado en la esquina de las calles Yaqui y Sahuaripa en la colonia Ladrillera, se atiende a un población de 400 niños no solo de Cajeme, sino de otros municipios del estado y del país, dijo la coordinadora del área de terapia neurológica.
“Atendemos niños de Agua Prieta, Guaymas, Nogales, Culiacán, Guasave, niños de Nuevo León, Chihuahua, sí, ha crecido mucho la población”, dijo Donaji Arangure Fuentes.
El método que utilizan es el llamado Filadelfia, a través del cual estimulan el cerebro, con resultados visibles en los pequeños en tan solo dos meses.
“Son niños de todas las clases sociales, aquí no hay distingos, ni de discapacidad, atendemos a niños con síndrome de Down, con parálisis, con déficit de atención, de aprendizaje, comportamiento, problemas de lenguaje, autismo”, detalló.
Además de las cuotas que los padres aportan, el Instituto se sostiene de donativos pues los equipos y personal necesario para atender a la población representan un fuerte gasto.
Son dos coordinadores de terapia y 8 auxiliares los que laboran en el área, en un horario de 8 de la mañana a 5 de la tarde, y dan la opción a la mamá de establecer el horario ya que es indispensable que acompañe a su hijo a las sesiones.
La población que atienden es desde los 15 días de nacido hasta los 15 años de edad, a excepción de los casos personas adultas que hayan sido víctimas de traumatismo craneoencefálico con secuelas..