Nadie pudo ponerle freno. Pero el polémico King cumple 80 años lejos de los focos.
"The Kid", como se llamó a sí mismo en su juventud, acumuló millones de dólares, mintió y engañó como ningún otro. Siempre bajo un lema: "Los boxeadores vienen y van. Sólo Don King se queda".
King -séptimo de nueve hijos de una familia modesta- basó su legendaria y dudosa fama en los años setenta del pasado siglo. Primeramente organizó en 1974 en Kinshasa (Congo) el combate "Rumble in the Jungle" entre Muhamad Ali y George Foreman, y al año siguiente el emocionante "Thriller of Manila" entre Ali y Joe Frazier.
Con los millones ganados en esos combates, el norteamericano se convirtió en el amo del boxeo, sobre todo en la categoría de los pesos pesado. En 1966 fue condenado a cuatro anos de cárcel por homicidio.
Grandes nombres subieron al ring en nombre de Don King. Primero Foreman, Frazier y naturalmente Ali; después Larry Holmes, Mike Tyson y Evander Holyfield; y últimamente Hasim Rahmna, Chris Byrd, Lemon Brewster y Nikolai Valuiev. King llegó a tener bajo contrato a tres de los cuatro campeones del mundo de los pesos pesados y con ello, el monopolio de la clase reina del boxeo.
Pero ha pasado ya mucho tiempo desde entonces y eso es ahora historia. La falta de figuras en la escena de los pesos pesados en Estados Unidos y la hegemonía de los hermanos ucranianos Vladimir y Vitali Klistscho no permiten a King soñar siquiera con repetir pasadas hazañas. El otrora tan temido hombre de negocios es ahora visto como un abuelito con sonrisa burlona, un cómico agitador de banderitas.
El último titular de prensa lo acaparó Don King a finales del año pasado y fue al margen del ring. En el aeropuerto de Cleveland fue atrapado con munición en el equipaje. El incidente recordó a lo sucedido en el año 1954, cuando King mató a tiros a un hombre en legítima defensa, tal como constató más tarde un tribunal.