Mi tocayo el filósofo
Jorge A. Lizárraga Rocha
Viernes 02 de Septiembre de 2011

Gracias a un correo electrónico de esos que sí vale la pena, me hice de una serie de pensamientos emitidos por un gran filósofo, las cuales me permito transcribir y presentar a continuación:

Sobre la necesidad de estar con uno mismo:
• La turba “perturba”.
• Para encontrarse con Dios es necesario el silencio.
• Yo soy yo, pero no soy mío.

Sobre la forma de actuar de cada uno de nosotros:
• No basta hacer cosas buenas, hay que hacerlas bien.
• No se hace de corazón lo que no se hace por amor.
• Vive bien si no quieres morir mal.
• Cada hombre es lo que ama.
• Las verdades a medias son mentiras enteras.
• Cuando ayudas a los demás te ayudas a ti mismo.

Sobre Dios:
• Serás del agrado de Dios, cuando Dios sea de tu agrado.
• A Dios no lo ves, ámalo y lo tienes.
• Dios es la Patria del alma.
• Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en ti.

Sobre la Fe:
• La Fe es la llave del corazón.
• Nadie pierde la Fe si no la desprecia.
• Cree para entender y entiende para creer.

Sobre el amor a la riqueza en dinero:
• A más riqueza, menos tranquilidad.
• El rico llena el arca de monedas y el alma de preocupaciones.

Sobre los amigos:
• La verdadera amistad no tiene precio, es gratuita.
• Aquí existen dos cosas necesarias: la salud y un buen amigo.

Sobre crecer tanto físicamente como espiritualmente:
• Los años no vienen, sino que se van.
• El que canta reza dos veces; cantar es una forma de amar.
• Toda guerra civil es en realidad una guerra incivil.

Sobre el lado humano de todos nosotros:
• Nos amó sin ser amables y al amarnos nos hizo amables.
• Hazme puro …. pero aún no.

Esta última es mi favorita, todos queremos ser buenos, pero a veces es más atractivo ser buenos hasta que ya no podamos ser malos.

Todo esto viene a colación pues el día 28 de agosto se celebró el Día del Abuelo, o del Adulto Mayor, y esta fecha se instituyó alrededor de la fecha de la muerte de mi tocayo filósofo, cuyo nombre fue Agustín de Hipona, posteriormente conocido como San Agustín, Doctor de la Iglesia, quien fue igual o más pecador que muchos de nosotros; sin embargo después se santificó, como muchos de nosotros podemos hacerlo aprovechando los años de vida que tenemos por delante.

Para finalizar, y para aquellos que tienen miedo a ser viejos, un pensamiento que desde hace rato he querido escribir y que hasta ahora se me hizo: La única forma de no llegar a viejo es muriendo joven…. y eso no creo que sea muy deseable

 
 

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