“Alzando la voz a cuello, sólo Veracruz es bello y su capital Xalapa”, así concluye este verso que tiene un doble significado, sirve de tarjeta de presentación oral, y de saludo para todos aquellos que nacieron o son avecindados del puerto de Veracruz, o más propiamente llamados “Jarochos”, los que portan o usan jaras.
Utilizo la muy conocida rima del “Santo Papa”, casi como un sello de identidad para los jarochos, pero no es con el fin de un afán de notoriedad regionalista, sino únicamente con la intención de analizar una de las manifestaciones culturales típicas de la región del Sotavento, y que se refiere a la composición de décimas, o comúnmente llamados “versos”, y sobre los cuales existe en gran parte de la geografía jarocha, toda un región de soneros y versadores de décimas.
El Arte de la Versada.
“Decir” los versos, debo señalar, es parte de una característica innata de los soneros o trovadores jarochos. El folclor jarocho conlleva una carga de fina picardía, propia del jarocho, para lograr la descripción de estados de ánimo, reflejar naturalezas, entre otras situaciones. Versar tiene su gracia, y generalmente los versadores tienen una base de composición versística que utilizan para estructurar velozmente el verso que se pida, sin que el cliente aporte elementos, o mejor cuando el que pide el verso aporta elementos (nombres, lugares de origen, profesión del aludido) pues la labor de improvisación resulta todavía más fácil, y el aludido queda gratamente sorprendido de cómo supieron de dónde era y cómo se llamaba además.
Las Décimas
Las décimas son versos estructurados en 10 líneas, colocados de manera tal, que la última sílaba de la primera línea del verso, rima con las últimas sílabas de la cuarta y quinta líneas, y así las últimas sílabas de las segunda y tercera líneas riman entre si.
General mente, dos bloques de cinco líneas conforman una décima. Para muestra basta un botón, producto de la sensibilidad de Leonardo Solís, cuya composición “La Tienda” ya le dio la vuelta al mundo, y lo mismo se escucha en un cafetín de Los Campos Eliseos, que en una cantina del Mar del Plata.
La Tienda
De: Leonardo Solís
Sin diligencia ninguna
He logrado mis intentos
Abrir un establecimiento
En la nombrada laguna.
Soñé con esta fortuna
Hace muchísimos días
Comprendí que yo sería
Hombre de mucho poder
Y que llegaría a tener
Lo que ninguno creía.
Una tienda bien surtida
Donde encontrará Usted sal,
Garbanzo, manteca, cal
Y clavos de todas medidas
De todo lo que Usted pida
Cigarro, añil y tabaco,
Hay sardina y machachaco
Cervezas de todas clases
Y si no le satisface
Pida otra cosa con tacto.
Arroz, maíz, tractolina
Azúcar, jabón y café
Licor del que pida Usted
Encontrará en mi cantina
Muchísimas cosas finas,
Entre ropa y mercerías
Mil clases de chucherías
Entre horquillas y pasadores
Peines de todos colores
Y una gran perfumería.
Tengo aceite de guisar
Aceitunas y alcaparras
Hacha, machete y tarpala
Lima y piedras de afilar.
Si desea un libro escolar
Lápiz, tinta, algún cuaderno
No se vaya al quinto infierno
Ocurra Usted a mi surtido,
Y quedará convencido
Que mi comercio es moderno.
Ajo, chileancho, cebolla
Todo lo doy muy barato
Tengo botellas de extracto
Yuca para mole de olla,
De oro bonitas argollas
Un gran surtido de aretes,
Polvo por kilo y paquetes
Navajas para rasurar
Y si se quiere pintar
También tengo colorete.
Si busca Usted medicina
Se encontrará de patente,
Vino reconstituyente
De todo ungüento y la fina,
Tengo vino, hemoglobina
Sal de higuera y carbonato,
Cuento con un aparato
De hilo de telegrafía
Para pedir mercancía
Adonde me den más barato.
Si busca cafiaspirina
Se encontrará Ficasión,
También tengo Feligón
Lo mismo que Roberina,
Es buena la Jaquequita
Parta el dolor de cabeza,
Para el billar tengo tres mesas
De buchaca y carambola
Cartucho para pistola
Que en mi país es rareza.
Sombreros de todas clases
Canicas, ligas de hule,
Tengo petate de tule
Espejo de cuerpo entero,
Trompo, cáñamo y balero
Muy bonitas las diademas
Jabón de olor, talco, crema
Cepillo para los dientes,
También tengo pluma fuente
Para escribir otro tema.
Y como buen jarocho, el autor de estas líneas, no quiere dejar pasar la ocasión para dedicar una décima a éstas páginas cibernéticas que ya cumplen cinco meses de éxito ininterrumpido, y a la labor de todos los que diariamente hacen su mejor esfuerzo por difundir la cultura.
“Como buen veracruzano
Lo digo con galanura,
Y si el Sergio Anaya me apura
Te lo repito mi hermano
Que el INFOCAJEME paisano
¡Es un portal de ALTURA!”
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