Columna de Hierro
Sergio Ibarra
Jueves 08 de Septiembre de 2011

A escasas horas de haberse hecho la presentación del Plan de Seguridad Pública  por parte del rector de la UNAM, José Narro ante Felipe Calderón, el extendido brazo del crimen organizado acababa con la vida de un distinguido miembro de la clase política en México. En esta ocasión, el abatido a tiros, a plena luz del día, era hijo de Javier García Paniagua, ex secretario de gobernación y dirigente nacional del PRI en los tiempos de José López Portillo quien muy a punto estuvo de convertirlo en su sucesor.
Javier García Morales, su hijo, contaba con 58 años de edad al momento de caer ejecutado ayer martes, y al igual que su padre, fue un destacado miembro del PRI, partido por el que alcanzó la diputación local en Jalisco y del que llegó a ser su secretario general.

Pero hay otro antecedente en la vida de García Morales que lo convierten en un “muerto importante” que lo distinguen del resto de los cincuenta mil a que ha llegado la macabra cuenta lo que seguramente hará que los ojos de los encargados de la inseguridad ( de la seguridad, ya ni hablar ) pública se trasladen con rumbo a Jalisco, acompañados de todo un regimiento, mil por lo menos, de agentes federales para reeditar el viejo chascarrillo aquel que por años se ha venido abonando con cargo a las costillas de nuestros nunca bien ponderados agentes de la ley y que narro antes del cierre de este penoso asunto.

El hombre asesinado en la pomodosa colonia Providencia, de Guadalajara, era nieto, directo, de don Marcelino García Barragán, el hombre que además de haber sido gobernador de Jalisco, su estado natal, fue el Secretario de la Defensa Nacional ni más ni menos que en los tiempos de Gustavo Díaz Ordaz y responsable directo de los hechos que ensangrentaron los días previos a los Juegos Olímpicos del 68 con miles de muertos, según datos no oficiales.

El chascarrillo de marras, apunta que un grupo de genízaros mexicanos participaba en un concurso internacional de estrategias policiacas y éste consistía en ver cual de las delegaciones policiacas daba más pronto con el sujeto, materia de la búsqueda.

El caso es que el primero en salir a la búsqueda de su objetivo, -- un reno—fue el agente gringo, quien en cuestión de media hora llegó con su presa. Le siguió el agente ruso a quien  le dieron la encomienda de traer de inmediato, antes de la media hora, un robusto y fiero oso blanco. Apenas dada la orden, el descendiente de Troski emprendió la búsqueda y en cuestión de 25 minutos ya estaba con el oso en hombros, batiendo así el récord de su colega gringo.

Dada su escuálida figura clásica de chilango, prieto, chapo y barrigón, al agente mexicano se le dejó al último lugar para darle chanza a estudiar la estrategia de sus antecesores y para darle lugar al merecido descanso.

Cumplida la misión del Ruso, relajadito y sin sueño, partió el mexicano a poner en alto el nombre de su patria y la corporación cajemense a la que pertenecía. La consigna era que tendría que volver al punto de partida, en menos de 20 minutos, trayendo consigo un elefante.

No habían pasado ni quince minutos cuando de la espesa selva, lugar en que tenía lugar la competencia, salta la figura del chiricuto cajemense, trayendo un enorme gorila a cuestas al que desde el fondo de la jungla se le oía gritar:

--- Yo lo maté, por esta que yo fui y les juro que no soy gorila, soy un elefante!!

Huelga describir que el rostro del gorila acusaba los estragos de una soberana madrina, la nariz hecha un colgajo al que todavía le salían grandes borbotones de Tehuacan y la cabeza envuelta en la clásica bolsa negra, elementos infaltables del método científico de investigación totonaca.

 

FIERRITOS EN LA LUMBRE

Tu no estás para saberlo lector, pero desde Vicam, nos reportan la asistencia de poco más de dos mil personas en lo que ayer fue el segundo bloqueo de la carretera internacional, encabezado por el representante de la etnia Tomás Rojo y en la que estuvieron presentes, además de los integrantes del Movimiento ciudadano por el Agua, la mayoría de los diputados, locales y federales, sonorenses, así como algunos dirigentes campesinos como Juan Leyva Mendívil, unidos en un solo propósito; que se detenga la construcción del acueducto Independencia. En otro orden de cosas, dice la raza que nada calla, que a los estrategas de imagen y promoción del Ayuntamiento de Cajeme, erraron al ponerle al programita que recién acaban de acomodarle a modo al secretario del Ayuntamiento y en vez de llamarse “ El Ayuntamiento toca a tu puerta” ( pero para el cobro del predial y los elevados cortes de agua ) deberían de haberle puesto “ El Chiveto toca a tu puerta”, pues para nadie es un secreto que el programa de marras es toda una estrategia con fines electoreros del Manolo a favor de su médico de cabecera, el Chiveto Plascencia, como si no bastaran las miles de denuncias que se levantan a diario a lo largo del casco urbano en procura de mejores servicios públicos, sobre todo aquellos que tienen que  ver con la recolección de basura y que tienen convertida a Cajeme en una fodonga y despeinada ciudad de quinto patio.

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