En realidad, pocos esperábamos ver a unos Diamondbacks de Arizona de punteros en su división, camino a postemporada en la Liga Nacional.

Pero el beisbol sabemos es una cajita mágica, llena de sorpresas, y por ello nos envuelve como toda una pasión.

De momento llevan magnífica ventaja sobre los campeones mundiales del 2010, los Gigantes de San Francisco que precisamente habían sido marcados favoritos para ser los líderes de la División Oeste del viejo circuito.

Pero qué cosa.

Los D-Backs  andan jugando un beisbol más alegre, con ritmo ganador y enorme consistencia, manteniéndose ¡a siete partidos de diferencia en el liderato sobre los Giants!

Un factor determinante es el talento y experiencia que el equipo de Arizona tiene en sus estrategas, seguramente, encabezados por su mánager Kirk Gibson de gratos recuerdos por su inspiración y liderazgo jugando beisbol con aquellos Tigres de Detroit y luego los Dodgers de Los Ángeles.

La película de la Serie Mundial de 1988, Dodgers/Atléticos, usted debe conocerla al dedillo donde Gibson escribió uno de los instantes más dramáticos en la historia de los clásicos otoñales.

Hoy, el ex toletero, en funciones de estratega apuntala un gran equipo teniendo un envidiable y privilegiado cuerpo técnico integrado por ex estrellas de MLB: Don Baylor (coach de bateo); Charles Nagy (de pitcheo); Eric Young (coach de primera base); Matt Williams (coach en tercera) y Alan Trammell, coach de banca.

Usted dirá su hay talento, experiencia y consejos/orientaciones/enseñanzas a los peloteros noveles D-Backs.

Hoy, Kirk Gibson busca a todo tren repetir lo hecho por Arizona hace diez años en aquella Serie Mudial contra los Yankees de Nuev York.

Pero, este capítulo, con su clásico estilo,  dejemos que nos lo cuente el amigo e ingeniero Francisco “Paco” Salazar Encinas:

Hola Amigos amantes del Beisbol:

En otra ingeniosa promoción, los sorprendentes Dbacks celebran este fin de semana en la serie contra los Padres los 10 años de haber ganado la Serie Mundial derrotando a los Yanquis en el 7º. partido en el cierre de la 9ª. entrada, en aquel trepidante clásico considerado uno de las más emocionantes que se han vivido.

Yanquis tenía aquel trabucón que había ganado tres series mundiales seguidas; a Padres (1998), Bravos (1999) y Mets (2000),  integrado por Roger Clemens, Andy Pettite, Mariano Rivera, Jorge Posada, Derek Jeter, Bernie Williams, Paul O´Neil, Scott Brosius, Tino Martínez, etc. bajo el mando de Joe Torre.

Bueno, déjenme decirles que este viernes 9 los Dbacks jugarán con su antiguo uniforme morado con turquesa y a final del partido habrá festival de juegos pirotécnicos.

La fiesta continuará al siguiente día tras convocar a las figuras de aquellos gloriosos días incluyendo a los ejecutivos Jerry Colangelo (dueño anterior), Joer Garagiola Jr. , el manager Bob Brenly y los héroes del terreno, Randy Johnson, Curt Schilling, Miguel Batista, Luis González, Matt Williams, Mark Grace, Tony Womack, Jay Bell, Steve Finley, Danny Bautista, Brian Anderson, Reggie Sanders, Craig Counsell, Byung-Hyun Kim, Damian Miller, David Delluci, Greg Colbrunn, Rod Barajas, Mike Morgan, Midre Cummings, Troy Brohawn, Albie Lopez, Bobby Witt y por supuesto nuestro Erubiel Durazo.

En especial van a honrar a Jerry Colangelo quien logró integrar un equipo que en su segundo año de existencia (1999) ganara 100 juegos y en su 4º. año la Serie Mundial para establecer un record como el equipo de expansión en lograrlo con mayor rapidez.

Es para Arizona además, el único campeonato que tienen en el deporte profesional de altura superando a los Suns (NBA), Cardinals (NFL) y Coyotes (NHL) que hasta la fecha no lo han conseguido.

El domingo, el juego coincidirá con los 10 años del terrífico Septiembre 11 en Nueva York, por lo que honrarán en ceremonia luctuosa y patriótica a los caídos y a los héroes bomberos, policías, socorristas, soldados y civiles que participaron en las labores de rescate de aquella monstruosa e infame tragedia.

Interesante celebración pues….todavía hay tiempo de asistir. Cuestión de tener la visa en regla y perderle el amor a unos dolaritos.

Vale.