MADRID.- Miles de personas jóvenes y no tan jóvenes, españolas y extranjeras, bailaron, cantaron, gritaron y lloraron en el inolvidable concierto para muchos, que el viernes ofreció en el abarrotado Palacio de los Deportes de Madrid el grupo Maná.
Con una puesta en escena deslumbrante, canciones de su nuevo disco "Drama y luz" y de los anteriores, Fher Olvera, Sergio Vallín, Alex González y Juan Callejos enamoraron a un público entregado y feliz, durante más de dos horas y media. Como a Israel, un joven de 24 años que pasó la noche anterior durmiendo en la calle, para poder disfrutar del show desde la primera fila.
A las 22:30 horas, con media hora de retraso, se escuchaban los primeros compases de "Lluvia" y la banda rockera aparecía en un escenario de 18 metros de altura, detrás de un telón transparente sobre el que caían gotas de agua y 200 metros de pantallas de alta resolución, en el que se lograba un impresionante efecto tridimensional que conseguía que público y banda se fundieran con el público. Era el inicio de una noche mágica.
Tras "Oye", "señal" y "El Espejo", que cantó con el violinista Ara Malikian, y «Sor María», llegaba uno de los momentos más emotivos del concierto cuando el grupo interpretaba «Vuela libre Paloma». Un tema que Fher le dedicó a su madre, fallecida este año víctima de cáncer, "que me acompañó hace tres años a España en la gira que hice y que como muchas palomas se han ido", añadía en alusión a su hermana también fallecida este año.
"Madrid, Madrid, Madrid", gritaba Fher. "Ya os extrañaba un chingo chinguísimo", reconocía.
"Esta noche estamos celebrando la independencia de México y esta noche la vamos a pasar de puta madre", decía mientras cantaba y bailaba sin parar.
Y comenzaba el bailoteo. Llegaban «Rayando el Sol», «Mariposa traicionera», que dedicaba a «los caballeros como yo que se enamoran de mujeres que nos ponen los cuernos», y "Clandestino", que bordaba con la armónica. A su alrededor miles de personas coreaban sus letras, se abrazaban y bailaban al ritmo de sus canciones.
Pero Fher no era el único protagonista de la noche. El sólo de batería de Alex González, con 12 platillos y dragones, desde una plataforma que lo elevó y giró para poder ser visto por los miles de fans, fue apoteósico. Diez minutos sublimes con un sonido de percusión que extasió al público. Igual que el solo de Sergio a la guitarra "su novia, su amante, su mujer y su mejor amiga", como la describió Fher.
Entonces el grupo se cambiaba a otro escenario en la parte central del Palacio de los Deportes, sacaba a una jovencita del público a bailar con ellos, y cantaba una de las más famosas para el público español, "El rey" de José Alfredo Jiménez, "Se me olvidó otra vez", y la emotiva "Vivir sin aire". Tras la emoción Fher volvía al escenario principal vestido con una camiseta de la selección nacional de futbol, reciente campeona del mundo, ante los aplausos del público. A ella le dedicaba sus canciones y con las banderas de México y España unidas corría por el escenario.
"Viva México cabrones", gritaba tras cantar "Latino", una canción que escribió Alex en el 2009 cuando vivía en Miami y que se ha convertido en un himno para todos los latinoamericanos. "No vamos a dejarnos jamás, latino tu latino yo, hay que luchar, latino tu latino yo", cantaban miles de inmigrantes latiunoamericano residentes en España ondeando banderas ecuatorianas, peruanas y alguna mexicana.
Canciones de ayer y de hoy entre baladas, corridos, salsa, rock and roll y rancheras, para acabar con dos "bises", "Labios compartidos" y "El muelle de San Blas", que ponían punto y final a una fiesta maravillosa que muchos no olvidarán jamás.