El PRI, la forma y el fondo
Angélica Beltrán
Lunes 26 de Septiembre de 2011

La historia en México se reescribe cada seis años. Y este fin de sexenio no será la excepción; sobre todo cuando parece eminente el cambio de partido en el gobierno federal.

Así, ante las elecciones presidenciales el país comienza a convulsionarse desde al menos un año  antes de los comicios; y la guerra sucia entre los dirigentes de los partidos políticos y aspirantes a cargos de elección popular se vuelve el acontecer común de esos días.

Por otro lado, ante el cambio de sexenio, los priistas se encuentran muy afanosos en el trabajo de definir el nuevo modelo de país que imperará en México a partir del 2 de julio próximo; sobre todo porque parecen lo suficientemente fortalecidos para regresar a los Pinos.

Lamentablemente ese  modelo que ahora planean los priistas, y que impondrían de ganar la presidencia de la república no parece muy distinto al que instalaron hace ya 30 años, cuando optaron por el modelo neoliberal.

Mismo que siguieron los gobiernos del PAN, sin mostrar por ello que su llegada al gobierno federal representó la transición política que esperaban los mexicanos, en el sentido de mejorar sus niveles de vida en temas prioritarios como salud, educación y economía.

La realidad es que en la lucha electoral entre PRI y PAN, los dos partidos representan la misma opción de gobierno en términos  generales, con algunos matices que no hacen la diferencia que permitiría a México revirar a los niveles que ha alcanzado Brasil, por ejemplo, convertido ya en primera potencia en varios rubros, gracias a un cambio de régimen.

El modelo económico que seguirán impulsado ambos partidos entre los cuales se disputará la presidencia: PRI y PAN, es el mismo “neoliberal” que en las últimas tres décadas ha demostrado ser inservible para generar empleos dignos y mejor el nivel de vida de los mexicanos.  

 

Los errores del PAN

El partido en el gobierno no tiene la elección de 2012 ganada, toda vez que en sus dos sexenios al frente de la presidencia han cometido más errores que aciertos.

Uno de ellos, el despliegue de las fuerzas armadas en las calles de diversas ciudades, para resguardar el orden público en el marco del combate al crimen organizado. Lo que no sólo ha traído críticas de las asociaciones de derechos humanos, de juristas y legisladores, sino una estela de muerte superior a las registradas en el temblor de 1985. Medio millón de pérdida de vidas humanas inocentes.

Así, entre este y otros tantos errores del PAN, el PRI los ha canalizado para recuperar espacios perdidos; y en los últimos tres años se han notado resultados. El tricolor ha ganado más  gobiernos estatales que ningún otro partido: 19 de 32 y más curules en la cámara de diputados que el PAJ y PRD, 240 de 500.

El PAN, partido en el gobierno, obtuvo en las elecciones de hace tres años 142 curules en la cámara baja y el PRD apenas 68. Lo que mostró en el último trienio la superioridad del PRI en términos numéricos; no así políticos.

En tal virtud, el PRI se ha convertido en la víspera de las elecciones presidenciales del 2012 en el baluarte de la negociación dentro de la élite en el poder; sobre todo porque en alianza política con el partido verde, logra en la cámara baja 261 votos, suficientes para decidir por sí mismo cómo se gastará el presupuesto de México para el próximo año.

No obstante esa superioridad numérica que ha logrado el PRI; en la cuestión política  parece tambalearse con acontecimientos como la revelación del acuerdo Paredes-Nava, entre otros. 

Fue un golpe fuerte a las filas del tricolor el hecho de que el entonces dirigente nacional el PAN, el diputado César Nava, revelara en la máxima tribuna el  vergonzoso acuerdo con la dirigente nacional del PRI Beatriz Paredes.

El acuerdo, el PRI cediera su voto en el Congreso de la Unión --en contra de la ciudadanía y a favor de sus intereses de partido—a cambio de que el PAN desistiera de la alianza electoral en el Estado de México con el PRD.

Además, en los últimos días, el diputado del PRI, y presidente de la Comisión de presupuesto, Alfonso Navarrete Prida, ha hecho un papel de “bravucón” para dejar en claro que en la negociación del ingreso y egreso del país, el partido tricolor tiene la sartén por el mango.

Como si eso no fuera obvio ante la superioridad numérica de la bancada del PRI, que junto con el verde ecologista logra la mayoría de votos para aprobar las leyes como mejor les parezca. 

El más reciente descalabro del PRI fue cuando el coordinador de la bancada tricolor, Francisco Rojas, decidió de manera unilateral –en concordancia con el PAN-- cambiar el formato de la comparecencia del secretario de Hacienda en pleno desarrollo de la misma.

Sólo bastó un murmullo del diputado Rojas al oído de su compañero de fracción, Emilio Chuayffet, presidente de la Mesa Directiva, para revirar el acuerdo firmado en la junta entre los coordinadores parlamentarios, previa a la comparecencia.

Con lo cual en los últimos tres años en que el PRI ha recuperado la superioridad numérica, parece perder la entereza, ante el olvido en sus filas de que “en política la forma es fondo”.

 

 
 

Copyright © 2006-2024. Todos los Derechos Reservados
InfoCajeme
www.infocajeme.com