Gobernar para Hermosillo, desde el gobierno de Sonora, es poner en el centro los intereses de la población de Hermosillo, en el supuesto de que la motivación real sea servir a la sociedad, a la gente de Hermosillo y su aparente necesidad de agua. Desde el gobierno del Estado, gobernar para Hermosillo, es limitado, limitante y excluyente de otras regiones y municipios.
Este “gobernar para Hermosillo” en los hechos es gobernar para los poderosos intereses creados en Hermosillo --acaparadores y especuladores de terrenos en la periferia urbana, desarrollistas urbanos, constructores de vivienda e intereses y agentes inmobiliarios-- ahora coaligados el gobernador en turno, no es correcto.
“Gobernar para Hermosillo” es un cálculo político populista, una astucia y acierto político parcial en el presente y un error, un desacierto entero hacia el conjunto de sonora en los próximos años y con daño para todos. Porque ecológicamente es un error grave el trasvase de las cuencas, y no hay fundamento humano-social, ni socio económico, que de una base seria, cierta y suficiente a la decisión y a las acciones en curso del proyecto y obras del “Acueducto Independencia”.
“Gobernar para Hermosillo”, contra viento y marea, frente a disidencia, oposición y resistencia, nos viene manifestando la intención de saldar los compromisos contraídos, no con la población ni con los ciudadanos, y si de pagar los patrocinios y apoyos que sostuvieron la campaña electoral ganadora que puso a Guillermo en el Palacio de Gobierno. Esta gobernanza es lealtad y coherencia con los compromisos personales, en lo público es incorrecto y grave desacierto. Lo intereses personales no han de contravenir ni prevalecer sobre los intereses sociales y públicos, así haya pactos y arreglos en las élites de la política y de los negocios.