Humberto Moreira se convirtió en enorme problema para el PRI a causa de la cuantiosa deuda de 32 mil millones de pesos que como gobernador heredó al estado de Coahuila, incluidos tres préstamos por tres mil millones, obtenidos mediante la falsificación de decretos y otros documentos de aquella entidad.
En cuanto asumió el liderazgo del PRI, Moreira elaboró chistes de mal gusto a dirigentes del PAN e incluso hizo dibujitos en los cuales se exhibió como comediante de bajo nivel. Sus adversarios del partido blanquiazul no le perdonan tales desplantes y en las últimas semanas se los cobran a sangre y fuego, como en una guerra en la que no se perdona nada.
El precandidato del PAN, Ernesto Cordero, se arroga el descubrimiento de los préstamos operados por quien fue titular de las finanzas de Coahuila, Javier Villarreal Hernández. Otros panistas se han dado a la tarea de ofrecer pruebas a la Procuraduría General de la República, a fin de que proceda contra Moreira.
El pasado viernes 28 de octubre fue detenido Javier Villarreal, acusado por la fiscalía general coahuilense de falsificación de documentos en la obtención de créditos gubernamentales por 3 mil millones de pesos. Pero un día después fue puesto en libertad y el periódico Reforma se encargó de obtener opiniones de empresarios que emitieron calificativos de farsa y pésimo montaje el procedimiento a favor de Villarreal.
De todos modos, un juez concedió plazo de cuatro meses al financiero de Moreira para ofrecer pruebas en su defensa.
Dicho periódico ha dedicado una decena de encabezados de primera plana al “moreirazo”, en claro apoyo a la campaña emprendida por el PAN. Esto advierte a los priístas de donde procederán los ataques antes de comenzar su campaña presidencial o durante el desarrollo de la misma.
Moreira no ha aportado pruebas a su favor y al ser cuestionado por periodistas dijo que él también se siente ofendido por los manejos financieros en su gobierno. Por supuesto, nadie le cree nada.
El líder del partido tricolor está acorralado y así lo ven sus adversarios del PAN, quienes están seguros de obtener orden de aprehensión en su contra. Si esto ocurre, Moreira habrá de separarse del PRI, pues este partido ya no está para encubrir triquiñuelas de sus militantes.
El precandidato presidencial Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones insinuaron la semana pasada a Moreira que se separe del partido en virtud de los problemas que enfrentará con la PGR.
Beltrones creyó que Moreira era su amigo cuando se desempeñaba en Coahuila, pero éste le dio la espalda en cuanto llegó a la dirigencia del PRI y ahora no importa al sonorense cuanto suceda al controvertido ex gobernador.
El coahuilense ha de padecer noches completas de insomnio y como espera acciones legales en su contra, ya negocia con un importante bufete de abogados los términos y costos de su defensa.
Es otra lección para militantes del “nuevo PRI”. Basta de desmanes al estilo de ex gobernadores como Ulises Ruiz (Oaxaca), Fidel Herrera (Veracruz) y del mismo Humberto Moreira, entre otros.