Cd. de México.- La Procuraduría General de la República investiga el tráfico de fármacos apócrifos y la existencia de empresas fantasmas responsabilizados con la muerte de varias personas, fundamentalmente niños.
Las investigaciones revelan la existencia de una red dedicada a la producción y tráfico de toneladas de medicamentos falsos que operaba en el Distrito Federal y las ciudades de Morelia y Guadalajara, en los estados de Michoacán y Jalisco, respectivamente.
La semana pasada la Policía Federal mexicana detuvo en Morelia a seis personas dedicadas a comercializar medicamentos falsificados destinados al tratamiento de niños con cáncer.
Entre los detenidos figura Avelino Javer Hernández, dueño de la empresa Javer y Fernández, S.A., que vendía y distribuía el fármaco Maxipine a nombre de la compañía Bristol Myers Squibb de México, la fabricante del medicamento original.
Cinthya Valdivia, propietaria de la compañía Omega S.A., comercializaba el mismo medicamento en iguales circunstancias, por lo que fue detenida junto a otros expendedores, y puestos a disposición de las autoridades.
Las investigaciones del caso iniciaron en septiembre de 2005, cuando personal médico de la especialidad de oncología-pediátrica informó que el medicamento Maxipine, empleado en el tratamiento de tumores malignos, no contaba con la calidad requerida.
El fármaco se administraba como parte del esquema del tratamiento para niños con cáncer, sin que se observara mejoría en los pacientes, y se le señaló entonces como la causa probable de varias muertes.
La compañía Bristol Myers Squibb interpuso una querella que redundó en la ubicación y captura de los presuntos responsables de falsificar el medicamento y comercializarlo.
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