La señora Coty es un ama de casa que, como tantas otras, acude dos veces a la semana a una carnicería —al Sur de la Ciudad de México— para abastecerse de las piezas de carne para su familia.
Pero desde hace más de un año, tentada por un restaurante de cortes argentinos cercano a su domicilio, sintió la tentación de probar las arracheras y los tibones.
El corte de preferencia en su hogar son los bisteces de pulpa, pero siempre que el presupuesto lo permite van al supermercado y compran arracheras ya condimentadas, listas para asar.
Doña Coty y los suyos son un ejemplo del nuevo mercado de la carne que se desarrolla en México. Los cortes populares ya no bastan para satisfacer las demandas de los consumidores quienes ante la globalización y la apertura de los mercados están hambrientos de probar lo más selecto de la carne.
Hace una década, un mexicano se daba por satisfecho cuando llegaba a un restaurante de lujo para obtener un suculento filete o un jugoso medallón; ahora la variedad se ha ampliado hasta llegar a un extenso surtido de cortes selectos que van desde el T-Bone hasta la clásica arrachera.
Aunque de manera muy lenta, desde los años 50 cuando se produjo el boom turístico, inició en el país la demanda de cortes finos como el New York, rib eye, T-Bone y la clásica arrachera.
Desde entonces, el mercado de los cortes finos se ha abierto como una nueva posibilidad para los consumidores. Si bien resultan entre 30 y 40 por ciento más caros que los cortes populares según el Consejo Mexicano de la Carne (CMC), empieza a ser favoritos.
El corte fino es el producto que se deriva de lomo del animal, es decir, la parte preferencial.
Los cortes populares —que raramente son de importación— cuestan, en promedio, 70 pesos el kilogramo. Accesible, si se comparan con otros que pueden costar hasta 400 pesos un par de cortes. A excepción del pollo, más barato.
En el país hay 16 empresas que se dedican a la venta en el mercado local y de exportación de cortes finos que han mantenido un crecimiento importante en la última década.
Con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, ingresaron al país cortes con valor agregado, lo que hizo que muchos se inclinaran por esta novedad, lo que obligó a los productores mexicanos a buscar una forma de competir. Fue así como decidieron entrar al negocio de los cortes finos.
"En los últimos años ha crecido un aproximado de 300 por ciento (el mercado de los cortes finos) por las preferencias del consumidor y la apertura de mercados; los productores nacionales también ya estamos en condiciones de ofrecerlos y exportarlos", asegura Juan Barrio, director general de Carnes La Laguna, uno de los principales comercializadores de cortes finos.
Sin embargo, no todo es cuestión de precios, pues los cortes finos han tenido que navegar a contracorriente porque en México la carne generalmente se come en partes delgadas y bien cocidas, mientras que estos cortes, por su naturaleza, son gruesos y se comen a un término medio.
Abren mercado
Arnulfo Ortiz, director general de SuKarne, diverge del punto de vista de Barrio, ya que considera que en México no existe el suficiente mercado para los cortes finos, por ello, su empresa, dedicados a este rubro, ha tenido que recurrir al mercado de exportación y en lugar de satisfacer los paladares locales, adecuarse a las costumbres del consumidor en EU y Japón.
"Para que la carne sea buena tiene que ser tipo inglés, muy gruesa y aquí a la gente no le gusta así, no es el hábito, para eso y el problema es que a veces cuando la partes queda media cruda y a la gente le parece que está mal cocinada", argumentó Ortiz.
Asegura que el mercado es todavía pequeño y se limita a algunos restaurantes y las tiendas de autoservicio que venden los cortes ya condimentados y listos para asar.
"Aquí en México no crecen nada (el mercado de selectos), no se usa mucho, no se usa, hace ocho años no se acostumbraba la arrachera aquí en el DF; ahora por todos lados ves tacos de arrachera y arrachera marinada, son hábitos que van a seguir cambiando; ahorita somos especialistas en consumir milanesa, carne molida y bistec, pero en la mayor parte del territorio es bistec, no hay mucho consumo de cortes finos", insiste.
Actualmente, SuKarne vende 600 millones de dólares anuales, de los cuales el 15 por ciento son productores de valor agregado, hace 15 años el producto preferencial "era muy poquito", pero ahora es su carta de presentación.
"Estamos vendiendo arrachera, un corte al chipotle, otros que traen tequila, hay una euforia por la comida mexicana muy importante en Estados Unidos", anota Ortiz.
Noticia publicada por AMEPA www.amepa.org
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