Regocijo barroco en el FAOT
Javier Martínez Rosas
Jueves 26 de Enero de 2012

La música barroca inundó el espacio del Templo de la Purísima Concepción en lo que fue la presentación del evento que se anunció como la Camerata Barroca. El ensamble estuvo integrado por un cuarteto de cuerdas de la Camerata Mazatlán, la soprano Penélope Luna y un piano electrónico emulando el sonido de un clavecín tocado por Sergio Freeman.

El programa inició con la forma ideal de la música instrumental de este periodo: el concierto. Interpretaron el “Concierto grosso no.4” en Re Mayor de Arcangelo Corelli en lo que fue una estupenda elección para empezar. Se trata de un concierto con un movimiento de inicio radiante que iluminó el templo y los pensamientos.

El barroco es pasional, intrincado, dinámico y elástico; un juego de tejidos melódicos y contrastes dinámicos agógicos y de matiz que la camerata logró efectivamente en esta obra mientras sus integrantes se balanceaban conducidos por el ímpetu, la inercia y la lógica interpretativa.

Después llegó al escenario la soprano Penélope Luna quien cantó las arias: “Tornami a vagheggiar”, “Rejoice greatly” y “Let the bright Seraphim”, de Handel; y “Jauchzet Gott in Allen landen”, de Bach. La primera y tercera corresponden a óperas, la segunda a un oratorio y la cuarta, a una cantata. La estética barroca alcanza su máxima manifestación en las grandes formas dramáticas musicales de la época que son la ópera, el oratorio, la cantata y el motete.

Una de las particularidades del FAOT es que da cabida a nuevos talentos nacionales, y esta tarde, la mayoría de nosotros el público tuvimos el gusto de conocer y apreciar a Penélope Luna, de Mazatlán, quien nos impactó con su bella voz que articuló claramente, con soltura, afinación, potencia y expresión. Hay que seguir y apoyar la carrera de esta talentosa joven a la que le auguro “altos vuelos”. Hoy nos dejó una gratísima impresión.

Desafortunadamente en el desarrollo del concierto, hubo un numeroso grupo de adolescentes que salió del recinto y otros aprovecharon para reacomodarse, distrayendo a todos, algo que causó malestar entre el público.

En la segunda parte escuchamos otro concierto. El “Concierto grosso en Re menor” Op.3 no.11, de Vivaldi. El cual fue interpretado impecablemente. Un señor ya mayor escuchaba encantado con una sonrisa. Fue un momento de gozo.

Para finalizar recibimos nuevamente a Penélope y cantó la demandante “Lo, here the Gentle Lark”, de Bishop. La pieza tiene una larga y espectacular cadencia para el lucimiento de la cantante. Penélope Luna confirmó sus cualidades. Los candiles del recinto vibraron, nosotros vibramos. Se llevó fuertes aplausos y dos señoras le gritaron: ¡felicidades hija! ¡muchas felicidades!
 

 
 

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