El pasado jueves, Jesús Burboa Núñez tuvo que pedir permiso para ausentarse de su trabajo pues llegó un momento en el que sus compañeros no soportaron el aroma a zorrillo que expedía.

Y es que una noche antes, bomberos de Ciudad Obregón acudieron a su domicilio en la colonia Miravalle para hacerse cargo de un zorrillo que fue localizado en el patio de su vivienda, animal que dejó su fétida  huella en toda la casa marcada con el numero 2015 de la calle Valle del Colorado.

Impregnó las paredes, los muebles, la ropa y a los habitantes de esa casa.

“Los bomberos llegaron, pasaron, vieron dónde estaba y dijeron que no traían el equipo necesario y que lo iban a matar, duraron como unos 30 minutos tratando de matarlo, ya era una peste, a varias calles se sentía el aroma, y prácticamente todo se echó a perder; ahora nosotros estamos viviendo en casa de una prima porque no se puede estar aquí”, comentó le joven.

Son seis  personas las que viven en la casa afectada, entre ellas la madre de Jesús, quien recibió atención medica pues a raíz del fuerte aroma se le entumió el rostro.

La familia Burboa Núñez pide apoyo de la comunidad para superar la situación, sobre todo del departamento de Bomberos quienes en lugar de capturar al animal, lo mataron y, según relatan los afectados, ya muerto lo sacaron de la vivienda atravesando una recámara, la sala y el comedor, lo que provocó que la fuerte aroma se expandiera aun más.

Compraron productos de limpieza al por mayor y lavaron todo: Ropa, colchones, muebles, pisos y paredes, los rincones de la sala y la cocina, una y otra vez.

Nada ha sido suficiente. La marca del zorrillo sigue impresa en el hogar de los Burboa y allí permanecerá hasta que el paso de los días y el aire se lleven el último recuerdo de un tan desagradable y hediondo intruso.