Apuntes
Hugo Vargas B.
Martes 22 de Mayo de 2007
Voy a contarles un corrido muy mentado, lo que ha pasado allá en la hacienda de Cabora, la triste historia de una niña con la magia de ser un líder y curandera de gran don.

Teresa era su nombre y se apellidaba Urrea, y durante los años del Porfiriato (1876-1910), surgieron multitud de profetas e iluminados, que no fueron vistos con muy buenos ojos por la Iglesia y mucho menos por el gobierno.

Teresa era la niña buena con dotes especiales que atrajo multitudes a la hacienda de su padre en la época y su gran error fue que su imagen fue tomada como símbolo para impulsar rebeliones indígenas, los mayos entre ellos.

Así comienza la obra “La Santa de Cabora”, representada el sábado próximo pasado en la Plaza 18 de Marzo por el grupo del ITSON, quienes con gran profesionalismo, ante una escasa y variada asistencia dieron al público un recorrido de esta “Santa” que conmocionó a su época.

Teresa nace en Sinaloa allá por 1873, siendo hija ilegítima de un rico hacendado vinculado con la política de su región; cuando es abandonada por su madre, busca a su padre, quien le da cabida con gran entusiasmo en su familia en la comunidad de Cabora. Ahí conoce a la curandera del pueblo, percibiendo ésta dotes especiales y le enseña el misterioso mundo de la magia y los hechizos; entonces Teresa la acompaña a visitar a los enfermos.

Cuenta la leyenda que en una de esas consultas, Teresa Urrea muestra sus poderes, cuando al atender a una parturienta al borde de la muerte, Teresa en éxtasis da un gran grito, se lanza sobre la enferma y ayuda a salir de vientre a la criatura, no sin antes devolverle la salud a la madre.

Es necesario aclarar que hay una contradicción en este punto en la obra teatro presentada el sábado pasado, pues es ahí dónde Teresa entra en contacto con la muerte ante el escepticismo de la curandera y la tristeza de su padre.

En la leyenda se menciona que tiempo después, Teresa es víctima de un ataque cataléptico, del cual pudo salir varios días después, en el preciso momento en que se encuentra en el ataúd y la velación de su cuerpo.

Profecía y sanación
Después de su resurrección los rumores sobre sus poderes curativos cundiendo por Sonora, Sinaloa y estados vecinos, atrayendo a decenas, centenas y miles de devotos de la entonces se conoce como “La Santa de Cabora”.

El pequeño poblado es invadido por la gente, atraídos por su fe ante los prodigios bienhechores de la “Santa”, pues según los fieles era capaz de curar todo y advertir de cualquier peligro a cuanto se le acercara a ella.

Escepticismo del padre ante sus poderes, y el recelo de las autoridades comenzaron a permear la paz de Cabora, y la alarma sonó en el régimen de Porfirio, cuando algunas revueltas se lanzaron teniendo como grito de guerra, “Viva la Santa de Cabora”.

Ese mal “revolucionario” tenía que ser cortado de raíz. No era posible que una chamaca pudiera alzar a los indígenas que tanto problema ocasionaban al sistema. Teresa y su padre son exiliados a Estados Unidos, muriendo en 1906 a la edad de 33 años.

Esta breve cronología es la que fue representada en la Plaza 18 de Marzo por los actores del ITSON. Qué bueno sería que dicha actividad se realizara por todas las instituciones de educación superior de la región y el gobierno municipal en las colonias marginadas del municipio y poblados conurbanos, con el fin de elevar el nivel cultural del mexicano, que entre paréntesis se encuentra en niveles muy bajos.
 
 

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