Capturan a pollo armado
Después de varias horas de servicio y sin comer, cuando el estómago les reclamaba un caldito calientito, dos agentes de Seguridad Pública fueron llamados para que atraparan a un pollo.
“¡Ahora es cuándo!”, expresaron los jenízaros que se imaginaron tremenda pechugota y delicioso piernil nadando en un humeante y oloroso plato. Uno corrió más que el otro, para alcanzar la ración más grande, y así llegaron al lugar indicado: calle Islas Marquesas, colonia Villa Bonita.
¡Oh, decepción! Por más que buscaron en todas partes los hambrientos jenízaros no encontraron nada. La única ave que vieron fue un pichón que pasó volando por encima de ellos y por poco les deja un recuerdo en la cabeza.
El ave que habían reportado los vecinos no era otro que Guadalupe Caro Velderráin (19), también conocido con el alias de “El Pollo”, y quien momentos antes había causado daños a tres vehículos con un machete.
De mal humor por su frustrada experiencia gastronómica, los agentes se desquitaron con el “Pollo” humano, a quien amenazaron con desplumarlo y ponerlo a hervir si no se subía a la patrulla.
Ante esas amenazas, el “Pollo” no dijo ni pío.
Cae amante de la música
A Jorge Valenzuela (30), domiciliado en calle Guerreo 1122 de la colonia Bella Vista, la música le corre por las venas. El ama a la música y tiene una enorme colección de discos de sus artistas favoritos: Los Tigres del Norte, El Coyote, El Shaka, el Flaco Elizalde, y otros ídolos de la música clásica que difunde El Añiñí.
Un día de estos, paseando por los pasillos de Fábricas de Francia, a donde había acudido para depositar su colaboración en una mesa de regalos, Jorge vio un par de discos que no tenía en su colección.
¡San Chikirinais!, exclamó asombrado al ver los CD’s. Allí estaban, frente a él, pero costaban 494 pesos y él ya había gastado su dinero. Ante ese pequeño detalle, optó por tomar los discos, no sin antes prometerse a sí mismo que al día siguiente volvería para pagarlos.
“Mi mismo”, se dijo, “llévatelos y mañanas traes el dinero”.
Su intención era sincera, pero aún así el guardia de Fábricas de Francia no le creyó y lo detuvo para entregarlo a la policía.
Bajo sospecha
Al efectuar un recorrido de vigilancia por las calles Plan de Ayala y Privada Cuarta, colonia Luis Echeverría, agentes de Seguridad Pública vieron a un tipo en actitud sospechosa.
Abraham López Parra (22) caminaba por las mismas calles cuando vio a un par de agentes que en actitud sospechosa se acercaban a él.
“Sospecho que me quieren detener”, pensó Abraham.
“Sospechamos que quieres escapar”, pensaron los agentes.
Ante el temor de ser detenido, Abraham emprendió la carrera, pero los agentes lo siguieron raudos, como si fueran Anas Guevaras, veloces, relampagueantes, hasta darle alcance. Cuando lo sometieron, le preguntaron:
-¿Por qué corres?
-Porque me asustaron –dijo él.
-¿Insinúas que estamos feos? – preguntaron ofendidos.
-No, jamás, pero yo creí que me querían quitarme la hierba… -cuando Abraham se dio cuenta que él mismo se había delatado, ya era tarde.
Los agentes le confiscaron una bolsita que contenía “hierba con características de la marihuana”, así pusieron en su reporte al M.P. porque ellos no conocen bien la marihuana.
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