Las protestas contra los policías municipales que interrumpieron una fiesta juvenil con gases lacrimógenos ocasionó una reacción contraria, de apoyo a la acción policiaca, por parte de los vecinos que padecen esas fiestas.
Residentes de colonias como Casablanca, Villa Itson, Villas del Náinari y Bellavista expresaron de diferentes maneras su hartazgo por el ruido, vandalismo y relajo que prevalece las noches de fin de semana en este sector donde vive una gran cantidad de estudiantes del Itson y otras universidades locales.
En el Foro de lectores de Infocajeme se expresó a través de diferentes personas el hartazgo ante los desmanes que, dicen, cometen los estudiantes no sólo con la música de alto volumen sino también con los botes de cerveza que tiran en la calle, bloqueo de estacionamientos particulares y pleitos entre ellos.
"Incluso", asegura una vecina de Casablanca, "es común encontrar condones tirados o que las parejitas hagan escenas impropias delante de todos".
El testimonio de una vecina que vive a espaldas de la casa donde ocurrió el desalojo con gas lacrimógeno es una síntesis de la opinión generalizada:
"Desde las 12 de la noche ya estaba tapada la calle Milán, si intentabas pasar te agredían verbalmente... Felicito a la policía por actuar con energía frente a estos jóvenes que confunden libertad con libertinaje".
Y más adelante añade:
"Dense una vuelta por esa calle para que vean la canrtidad de basura, envase y la peste a orines por toda la cuadra..."
Quejas similares encontramos en un sondeo realizado entre vecinos de este sector. Y el reclamo también es el mismo: "Queremos tranquilidad para descansar los fines de semana, queremos respeto".
Los reclamos crecen entre aquellos que viven alrededor de departamentos donde viven estudiantes:
No hay manera de controlarlos. Si llegan en carro lo hacen con el menor ruido posible para llamar la atención. "Queman llanta, prenden el estereo a todo volumen, tocan el claxon no importa que sean las dos, tres o cuatro de la madrugada".
Las quejas se acumulan y se repiten. También las peticiones para que la policía actúe con más firmeza.
Pero a los jóvenes tampoco les falta razón cuando señalan que no todos son vándalos y que la policía arremte por parejo, con violencia física y verbal muchas veces injustificadas.
"Parece como si nos odiaran, nos gritan con rencor y majaderías, como si tuvieran una bronca personal contra uno", dice un estudiante oriundo de Sinaloa que vive en Casablanca y cuya conducta es evidentemente la de un muchacho tranquilo y bien educado.
Además, agrega, "dónde vamos a divertinos si los antros cobran mucho y si te vas a la calzada la policía te da baje, no puedes estacionarte tranquilamente en cualquier calle con tus amigos porque de inmediato caen varias patrullas y tenemos que hacer coperacha para que nos dejen en paz".
Así se repiten las quejas y reclamos entre jóvenes que defienden su derecho a divertirse y adultos que defienden el suyo a la tranqulidad y al descanso nocturno.
Es un conflicto de intereses que va subiendo de tono, urge resolverlo, pero hasta el momento no se avizora ninguna alternativa para que las "juntadas" o reuniones juveniles se hagan al aire libre, sin molestar a los vecinos y sin ser molestados por la policía.
Un conflicto que puede ser buen tema para los candidatos que buscan la presidencia municipal de Cajeme.