El analista Thomas L. Friedman afirma que la realidad actual demanda muchas más competencias, imaginación ilustrada e iniciativa en los trabajadores, sean productores de bienes, servicios o de ideas. Ya no basta con ser persona promedio, trabajador promedio, estudiante promedio. No basta ser persona que compite con los demás: ahora se tiene que competir agresiva y permanentemente con uno mismo si se pretende ocupar un espacio laboral. Y hace constar además que los ingresos promedio se movieron a la baja y las condiciones de vida promedio se han degradado.
Y lo descorazonador es que ahora la competencia se ha tornado impersonal: nos enfrentamos a personas distantes y desconocidas y lo peor, competimos con máquinas. Somos desplazados por personas baratas o por máquinas supereficientes e incansables.
¿Recuerdan a un filósofo que agitó conciencias en los años 60s al anticipar un mundo regido por la automatización, la maquinización llevada al extremo? ¿No es cierto que Herbert Marcuse nos escandalizaba con sus profecías del tipo de las de Casandra, contenidas en su célebre obra EL HOMBRE UNIDIMENSIONAL?
Estimado lector: el panorama atemorizante pero realista de Friedman debe ser analizado para que sea adecuadamente comprendido. Y para ello se requieren algunos apuntes importantes que me propongo presentarle en este escrito. Anticipo que por falta de espacio y por no agotar su paciencia, dejo en el tintero muchas cuestiones que me hubiera gustado analizar con usted para asegurar una mejor discusión posterior.
Desde mi particular punto de vista, la situación de desplazamiento de trabajadores por máquinas fue anticipado hace más de 150 años por los críticos más conspicuos del capitalismo y su impresionante Revolución Industrial (le sugiero leer las obras de Carlos Marx, de los anarquistas Joseph Proudhon y Mijaíl Bakunin, y de los socialistas utópicos Tomás Moro, Charles Fourier, Charles Owens y Saint Simon).
Charles Dickens, uno de los más grandes literatos británicos, fue muy prolijo en sus novelas al describir las penurias que sufrieron los trabajadores de Inglaterra en los años más dinámicos de la revolución industrial. Sus obras son muy apreciadas por sociólogos y antropólogos por sus relatos detallados de las vidas de las familias obreras de Manchester y Londres.
La Revolución industrial fue un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, en el que Gran Bretaña en primer lugar, y el resto de Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad, desde el neolítico.
La economía basada en el trabajo manual fue sustituida por otra dominada por la industria y la manufactura
El maquinismo fue espectacular en sus inicios y constituyó una dínamo para el sistema capitalista y el inicio de la desgracia para los trabajadores, especialmente los de las empresas industriales (Consulte: HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO de Stanley L. Brue y Randy R. Grant, edit. Cengage, 7ª. Edición y “ORÍGENES DEL CAPITALISMO MODERNO” de Henri See, edit. Fondo de Cultura Económica, México, 1966).
Para que tenga una idea precisa y comprobada de lo que manifiesto, transcribo resumiéndolos unos párrafos de internet (Wikipedia) que presentan el Movimiento Ludista en Inglaterra y el mundo, que enfrentó el maquinismo:
“El ludismo (luddism, en inglés) fue un movimiento obrero que adquirió auge en Inglaterra a partir del odio hacia las máquinas. Sus seguidores se llamaban ludistas o luditas (luddites en inglés), nombre que tomaron de Ned Ludd, líder ficticio que crearon los obreros para que las fuerzas del orden nunca pudieran descabezar la rebelión.
Pronto muchos de los dirigentes obreros comprendieron que no eran las máquinas sino los empresarios sus enemigos. El movimiento se oponía a toda clase de tecnología, que según su vertiente ideológica, hace que el hombre pierda su capacidad laboral y creativa, para servirse de manera esclavista de las formas de tecnología que hacen más productivo el trabajo en términos de rapidez y no del capital humano.
El ludismo surgió como una primera respuesta violenta a las crecientes tasas de desempleo que supusieron la implantación de máquinas capaces de hacer el trabajo de varios hombres, con la consiguiente pérdida del empleo por parte de los mismos, implicando que los obreros empezaran a ver a las máquinas como causantes de sus problemas. Ya empezaba a manifestarse un sentimiento de unidad entre las clases proletarias, mejor conocido como Conciencia de Clase, que les lleva a una mejor organización como grupo, llevando a cabo protestas pacíficas para la mejora de sus condiciones de vida y trabajo”. (Concluyo cita de Wikipedia).
Los marxistas (corriente de pensamiento económico encabezada por Carlos Marx y Federico Engels) escribieron entonces una crítica acerba al capitalismo que explotaba a los obreros para obtener ganancias. Marx declara y demuestra en sus escritos de EL CAPITAL (su obra cumbre junto con EL MANIFIESTO COMUNISTA) que los obreros, mediante la venta de su Fuerza de Trabajo, generan la Ganancia de los empresarios.
Como es sabido, Marx proclama que el Salario paga solamente una porción del TRABAJO que el obrero produce. Si el TRABAJO produce VALOR, entonces el TRABAJO NO PAGADO (PLUSTRABAJO) genera un producto que tampoco se paga (PLUSPRODUCTO). Siguiendo la filosofía económica de Carlos Marx, llegamos al concepto más importante de su modelo económico: la PLUSVALÍA.
La PLUSVALÍA es definida por el Diccionario de Economía Política como :
“Parte del valor generado por el trabajo del obrero, por la utilización de su fuerza de trabajo, que queda en poder del capitalista dentro del análisis marxista. La fuerza de trabajo es una particular mercancía cuyo valor de cambio (salario) es menor que el valor que aporta al producto. La diferencia entre el salario pagado al obrero y la parte del valor que éste aporta al producto(valor) se llama plusvalía.”
Para el marxismo, LA FUERZA DE TRABAJO ES LA ÚNICA FUENTE DE PLUSVALÍA, LA UNICA CREADORA DE NUEVO VALOR. Las materias primas y maquinarias utilizadas sólo transfieren su valor al nuevo producto. No lo incrementan. Siendo así, durante la jornada de trabajo el obrero debe crear valor para cubrir su salario, y la plusvalía que corresponde al capitalista. El tiempo que tarda en crear su salario es el tiempo de trabajo necesario, en tanto que el que corresponde a la plusvalía, es el tiempo de trabajo excedente.
La producción de PLUSVALÍA ABSOLUTA se consigue prolongando la JORNADA DE TRABAJO más allá del punto en que el obrero produce un equivalente del valor de su fuerza de trabajo (salario). Este PLUSTRABAJO se lo apropia el capitalista. La producción de PLUSVALÍA ABSOLUTA es la base general sobre que descansa el sistema capitalista y el punto de arranque para la producción de PLUSVALÍA RELATIVA.
En la PLUSVALÍA RELATIVA la jornada de trabajo aparece desdoblada en dos segmentos: Trabajo Necesario y Trabajo Excedente. El Trabajo Excedente se prolonga mediante una serie de métodos tecnológicos, con ayuda de los cuales se consigue producir en menos tiempo el equivalente del salario.
En síntesis, La producción de PLUSVALÍA ABSOLUTA gira toda ella en torno a la duración de la JORNADA DE TRABAJO, mientras que la producción de PLUSVALÍA RELATIVA revoluciona desde el inicio hasta el fin, los procesos técnicos del trabajo y las agrupaciones sociales.
En otras palabras: usted puede obtener más provecho de sus trabajadores si i) les aumenta las horas de la jornada de trabajo sin incrementarles el salario o pagándoles solamente una parte del salario que les corresponde. Estaría obteniendo ganancia por la vía de la PLUSVALÍA ABSOLUTA; y ii) usted puede obtener más provecho de sus trabajadores si éstos producen más mercancías en la jornada de trabajo regular por el mismo salario cuando usted agrega sistemas tecnológicos u operacionales más complejos y eficientes. En este caso estaría obteniendo ganancia por la vía de la PLUSVALÍA RELATIVA.
Y regreso con el artículo de Thomas L. Friedman, que postula que los trabajadores tienen que ser más competitivos, más innovadores y con más iniciativa. Destaco que el autor Friedman no menciona que en la crisis, en la Gran Recesión, las grandes empresas han logrado impresionantes ganancias, especialmente en los peores años. Y por supuesto que esta cuestión no deja de sorprender y enojar.
¿Cómo les fue posible a las grandes empresas tener grandes ganancias en la crisis, si las ventas disminuyeron y, en consecuencia, los precios de las mercancías debieron bajar para incentivar su consumo?
Respuesta: ampliando la cuota de PLUSVALÍA (Absoluta y/o Relativa). Explotando más a los trabajadores. Esto fue posible mediante los siguientes procedimientos:
i) se realizaron recortes severos en la nómina con el argumento de que el Consumo se había desplomado y era necesario disminuir los costos de la producción
ii) Se aumentó escandalosamente el número de desempleados para generar presiones sobre el Empleo que favorecen a los empresarios
iii) Los trabajadores remanentes (no despedidos) debieron aceptar recortes salariales cuando la Oferta de Empleo (Ejército Industrial de Reserva) sobrepasó notablemente la Demanda ¿para qué pagar más cuando muchos trabajadores, desgastados por el desempleo, se ofrecen por salarios menores?
iv) Los trabajadores remanentes aceptaron la prolongación forzada de las Jornadas de Trabajo (bajo amenaza de despido)
v) Los trabajadores remanentes se capacitaron para desempeñar actividades de mayor complejidad sin recibir remuneración adicional o proporcional al incremento de su productividad
vi) Los trabajadores en paro (desempleados) se capacitaron ( pagando ellos sus cursos) para ofrecer al empresario nuevas competencias que al ser contratados, no les representó incremento salarial proporcional a su nueva productividad
vii) Los empresarios se beneficiaron de las facilidades gubernamentales extraordinarias (estímulos fiscales, apoyos monetarios, compras masivas, etc) para fomentar el empleo y enfrentar la crisis).
Un dato que no se puede negar. En los EUA y en México, así como en el esto de los países afectados por la crisis iniciada en 2007, las curvas de incremento de la Productividad y de incremento del salario muestran una clara y creciente diferencia. Mientras que la Productividad ha crecido sistemáticamente en las grandes empresas, el salario no tiene una pauta igual de crecimiento: se ha rezagado sistemáticamente en los últimos30 años.
En conclusión: la Tasa de Explotación de la clase trabajadora ha aumentado mientras que la Tasa de Ganancia de las grandes empresas presenta un incremento excepcional.
Más todavía: la parte que corresponde al factor Trabajo en el PIB de EUA, México y los demás países capitalistas se ha reducido a partir de los años finales de la década de 1970 mientras que la participación del factor Capital se ha incrementado de manera muy significativa.
CONCLUSIÓN: Thomas L. Friedman tiene razón al apuntar que las empresas demandan más preparación y competencia en los trabajadores, pero no menciona que estas capacidades ampliadas de los trabajadores no le son pagadas proporcionalmente, apoyándose los empresarios en las circunstancias de gran desempleo que ellos mismos han generado para tener argumentos para incrementar la PLUSVALÍA (competitividad no pagada) de los trabajadores.
Atractivo sin duda, el documento de Thomas L. Friedman … pero al desglosarlo va adquiriendo tintes de Sofisma. ¿no es cierto?.
Por cierto, los Sofismas se definen como Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso.
Usted, estimado lector: ¿Qué opina al respecto?