La noche era perfecta, la luna en su máxima aproximación, esperaba impaciente al igual que los más de mil asistentes, comenzara el espectáculo prometido, “La única, internacional Sonora Santanera.
Ante la impaciencia de los organizadores y los apremiantes aplausos de la concurrencia el show dio comienzo 40 minutos después de los programado (Situación que ha nadie molestó, pues el baile y la nostalgia borraron cualquier vestigio de molestia) Un grupo tropical comenzó a calentar el ambiente con aplausos entusiastas de familiares, amigos y la concurrencia que esperaba ya el platillo fuerte de esa noche La Única, internacional Sonora Santanera.
El publico agotó desde temprana hora las más de 800 sillas de la explanada, a pesar del estorboso monumento ecuestre en el corazón de área, no tengo nada en contra de mi héroe favorito, pero sí de la colocación sin sentido geométrico, geográfico, visual del mismo (qué les hubiera costado ponerlo al fondo, donde estaba la fuente, y el asta bandera también, tendríamos así una explanada extraordinaria para más de 2000 gentes con visibilidad perfecta).
La Sonora llegó y….
A principios de los cincuenta el auge de los ritmos tropicales invadía frenéticamente la música en México, por el Caribe y Nueva York el sonido inconfundible de la Sonora Matancera (ya sin Pérez Prado y Bienvenido Granda, pero aun con Celia Cruz y Daniel Santos) retumbaba en los gustos del Danzón, La guaracha, El Chachachá, el mambo.
Un joven tabasqueño Carlos Colorado Vera llega a la ciudad de México y comienza la historia, primero como “Tropical Santanera” 1955, después de algunos contratiempos y desánimos se integran en su dotación instrumental actual: Sección de trompetas, percusiones, bajo, piano, y cantantes (igual que la Sonora Matancera).
Fue el empresario y actor cómico Jesús Martínez "Palillo" quien les da la oportunidad de trabajar en el teatro “Follies Berger ” y es él quien los bautiza como “La Sonora Santanera” es en 1960 cuando llega a México La Sonora matancera.
Lo de Santanera se debe al pueblo oriundo de Carlos Colorado Vera (Barra de Santana, Tabasco) ya consolidados como la organización tropical por excelencia, su fama cubre los espacios musicales de moda, allende a la frontera y el carnaval de rio, new york, Europa acoge con muy buena aceptación la música tropical con sello mexicano, de hecho en algún momento hacen olvidar la presencia en el mercado, de la Sonora matancera.
Sus éxitos reconocidos y sobresalientes, entre otros: El Mudo, Perfume de Gardenias, La Boa (Carlos Lico), "Los Aretes de la Luna", "Cobarde y Mentirosa", "Jugueteando a Ritmo", "Ya Te Conocí", "Carita de Palo" y "Luces de Nueva York" con Sonia López: "El Ladrón", "Corazón de acero”, “Por un puñado de oro", "Semana de amor", "El nido", "Por una cosa", "Voy gritando por la calle" y "Ave de paso".
En la actualidad sobreviven Jose Bustos, Andrés Terrones, Antonio Méndez, Gildardo Zarate, Ramiro Álvarez, Arturo Ortiz, como verán toda una historia en la memoria, Aquí en Sonora, de los que pasan de 50.
La Sonora llegó y… se armó la cumbancha, los suspiros en ayees se elevaban al cielo, recordando tantos momentos que solo las notas musicales pueden evocar y convocar.
El Mudo abrió el ropero de la abuelita y su boca nos contó la jocosa historia contenida “ Qué estaban haciendo? Mjjj, mjjj” “Ya los de Cajeme, lo saben, lo saben y los periodistas, lo saben, lo saben, los que aplaudieron, lo saben, lo saben”.
Señoras y señores en silla de ruedas buscaban acomodo para escuchar, no para ver, jóvenes atraídos por sus padres, se contagiaban del ambiente sesentero tropical.
El lugar se abarrotó; enfrente de templete, a la izquierda, a la derecha, a un lado del reloj, en la Montero Morales (la calle), en la banqueta de la catedral, atrás del templete, la gente bailando y coreando los éxitos de la Sonora, algunos de ellos enseñándoles pasos de baile incomprensibles a sus nietos, por acá niños dejándose llevar por el ritmo, ese mismo ritmo que nos hizo bailar hace ya 40 años..
Aplausos en cada canción y gritos del respetable, no hubo peticiones, los que sabíamos los nombres, no lo recordábamos, todas eran buenas eran las exclamaciones generales.
Arriba del escenario, los cantantes haciendo las rutinas garbosas características del grupo y del estilo; los coros perfectos, las trompetas consumiendo años y notas entreveradas en rítmica exacta, las percusiones ni decirlo, el piano y el bajo gozando “Chevere” el envolvente contratiempo encomendado, todos los integrantes compartiendo sonrisas sabedores que portan entre sus canticos y notas, pedazos de vida de cada uno de los asistentes, que comulgan con la noche el último suspiro de la cumbancha, La última canción envuelta en despedida de ritmos que ya pertenecen al pasado y solo sobrevivirán en cuanto sobrevivamos los que vivimos el momento y el momento, que nos mantiene vivos.
Podría decir (aunado a mis felicitaciones) que es el mejor espectáculo popular que el Ayuntamiento de Cajeme y la Dirección de Cultura ha presentado en lo que va de la actual administración, otros dicen que en los últimos 20 años y estoy de acuerdo.
Comprobando, sin polemizar, que al pueblo primero hay que sensibilizarlo con nuestra música y después con arias y conciertos, sin restarles méritos a los géneros comprendidos solamente por élites ya determinadas.