Unos llegaron temprano para evitar el fuerte calor, otros improvisaron una sombra para cubrirse de los rayos del sol, con bebidas, comida, música y flores, todo lo necesario para festejarles su día a las mamás cuyos restos yacen en los campos santos de Ciudad Obregón.

Para algunas personas, este fue el primer 10 de mayo que celebraban en el panteón, como Salvador Beltrán cuya madre, Guadalupe Rascón Amaya, falleció el pasado primero de febrero y no dudó en acudir al lugar donde ya descansa en paz, a cantarle sus canciones preferidas.

Así como Salvador, cientos de cajemenses se dieron cita en los panteones de Nuestra Señora del Carmen y el de Guadalupe a recordar a ese ser que les dio la vida.

“Mi mamá era una persona muy linda, hermosa, bella, muy buena para cantar, le gustaba cantar, le gustaba mucho la música y una muy buena madre”, expresó.

Flores de todo tipo, naturales y artificiales, adornaban las tumbas que previamente fueron limpiadas por hijos, hermanos, nietos o bisnietos de las madres que en ellas descansan.