El ser humano puede vivir, potencialmente, 120 años. La inmensa mayoría no llega a esa edad por la ausencia de cuidado de su salud, y sobre todo, de prevención de factores de riesgo que eventualmente se manifiestan como enfermedad y a la postre aceleran el envejecimiento y la muerte. Esta es la teoría que durante los pasados 13 años ha revisado el Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren) de Cuba para poder afirmar, ahora, que las personas pueden cambiar el curso de su vida y llevarla con calidad y en las mejores condiciones el máximo tiempo posible.
No es la inmortalidad, ni el rejuvenecimiento, explica Emilio Villa Acosta, presidente del Ciren, sino identificar y detener las causas del envejecimiento y muertes prematuras.
La modernidad trajo a los individuos muchos beneficios y comodidades, pero también elementos negativos: comida con bajo contenido nutrimental, sedentarismo y un estilo de vida que se distingue por las prisas, presiones económicas y deterioro de relaciones interpersonales.
A esto se agregan adicciones al alcohol, tabaco y drogas ilegales, así como la exposición a la contaminación y el tránsito vehicular, que obligan a los individuos a disponer de horas para llegar a sus casas y sus trabajos.
“Todo esto nos hace perder años potenciales de vida. Las personas no los viven o lo hacen pero sin calidad”, indica Villa y enseguida comenta que las afectaciones no se notan o se desestiman, pero se manifiestan como fatiga, irritabilidad, insomnio, pérdida del apetito sexual, problemas de memoria y dificultad para concentrarse, entre otros.
La detección temprana y la remediación de estos problemas son posibles. Las personas mejoran su calidad de vida y ayudan al organismo a prevenir padecimientos más graves como diabetes, hipertensión arterial, males cardiacos e incluso algunas complicaciones como el daño renal.
Para ello se requiere una evaluación clínica integral de la salud, que incluye aspectos nutricionales, sicológicos y la medición de estrés oxidativo, entre otros. El Ciren tiene en el programa de Restauración Biológica General (Rebioger) una propuesta para las personas mayores de 30 años, aparentemente sanas, que estén interesadas en mantenerse en condiciones físicas favorables y, sobre todo, con la posibilidad de tener una larga vida, señaló el especialista.
Puede ser una alternativa también para quienes ya cursen con alguna enfermedad crónica, principalmente para mejorar la calidad de vida.
En entrevista con motivo de la visita que realizó a México para concretar los detalles de la transferencia tecnológica de Rebioger a la clínica del Ciren, en el Distrito Federal, Villa Acosta explicó que generalmente, los conocidos como check up, abarcan aspectos clínicos con análisis sanguíneos y de orina para la detección de enfermedades, pruebas de esfuerzo para evaluar el estado del corazón, entre otros, pero se quedan ahí y no evalúan de manera integral al ser humano.
Eso implicaría “varias horas de conversación entre el médico y el paciente y varias sesiones para realizar el diagnóstico, hacer las recomendaciones y darles seguimiento”, como se hace en el Ciren en Cuba.
Sobre todo, resaltó la revisión del estrés oxidativo. Este es una reacción química en el organismo causada por un exceso de formas activas de oxígeno, lo que a su vez provoca daño y muerte celular. Ahí es donde empiezan los trastornos de memoria, cansancio y el envejecimiento prematuro.
Comentó que el Ciren inició sus actividades en 1989, con el objetivo principal de entender el comportamiento del cerebro humano y las enfermedades que lo afectan, como Alzheimer, Parkinson y demencias en general. Se incorporó también a las lesiones que causan retraso mental. A partir de este conocimiento y el desarrollo de estrategias para ayudar a los pacientes a recuperar funciones perdidas, los investigadores cubanos encontraron que el origen de los padecimientos del sistema nervioso central no sólo se encuentra en el cerebro.
De ahí la importancia de identificar factores de riesgo como la deficiente alimentación y los otros mencionados, antes de que se conviertan en un daño metabólico que con el paso del tiempo y de no atenderse de manera oportuna y correcta genere una afectación mayor a la salud y calidad de vida de las personas.
Parece una obviedad, pero la mayoría de la gente no la ve. Para entenderlo un poco mejor hay que pensar en la piel de un pescador o un campesino: es gruesa y oscura; parecen tener 20 años más de los que realmente tienen y es por la exposición permanente a la radiación ultravioleta. Si se agregan las deficiencias alimentarias o de hecho, la desnutrición, “tienes un panorama más completo” de lo que es el envejecimiento prematuro, comentó Villa.
La clínica Rebioger del Ciren empezará a funcionar en la ciudad de México en agosto próximo. Mayor información en www.ciren.com.mx o en el teléfono 5682 9100.